La Biblioteca Ricardo León de Galapagar acoge la exposición de libros antiguos de Pascual Cobeño

Pascual Cobeño lleva 50 años dedicado a su colección. Este vecino de Collado Villalba posee una extensa colección en la que los libros antiguos conviven con otros documentos, fotografías y curiosidades, aunque algunas de las obras que ha ido recopilando a lo largo de su vida ya no están en su colección, sino que han acabado en la Biblioteca Nacional o en el archivo de Patrimonio Nacional.

En la exposición de Galapagar, que se inaugura oficialmente este miércoles 4 de octubre a partir de las 20.00 horas, se puede ver, entre otros, el ‘Libro de la Oración y Meditación’ de Fray Luis de Granada publicado en 1579, un post-incunable de 1510 escrito por Silvestre Masolini, asesor del papa León X, una primera edición de la ‘Crónica de los Reyes de Castilla’ de Núñez de Castro publicada en 1655, una biografía de Santa Teresa de Jesús fechada en 1602… presume de buena memoria y de todos ellos puede contar multitud de curiosidades.

Una vida dedicada al coleccionismo

“Me muevo por todos los sitios”, relata a MasVive Pascual, que explica que sus visitas al Rastro de Madrid son semanales y obligadas. “Los domingos me levanto a las cinco de la mañana y a las siete y media estoy allí. Tú pregunta a cualquiera por Pascual, de Villalba, y verás”.

Su pasión tiene poco que ver con su profesión, que ha sido siempre la construcción. Rememora el primer libro ‘antiguo’ que cayó en sus manos, la novela ‘Las Catacumbas de París’, publicada en 1890, “una novela que no vale para nada” y que, comparada con otros documentos que ha adquirido a lo largo de los años se antoja hasta moderna, pero que fue la que encendió la chispa de su obsesión coleccionista.

Por sus manos, relata a MasVive, han pasado documentos muy singulares, algunos de ellos de gran importancia histórica. No todos los conserva. El documento más antiguo que ha tenido podría ser una Carta de Privilegio de Buitrago de Lozoya fechada en 1481 que vendió a la Comunidad de Madrid. Aunque el objeto más antiguo de su colección no es un libro o un manuscrito, sino una reliquia de los Santos Mártires de Cardeña del siglo IX, del año 852 concretamente.