El Reglamento, recuerdan, no se ha modificado desde 1996 y se ha quedado “estancado respecto a los avances sociales y legislativos aprobados en estos años. Ha quedado al margen del aumento de concienciación en materia de igualdad, en materia de violencia de género, en representación y paridad, o en relación a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres”.
En este sentido, destacan leyes tan importantes como la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de hombres y mujeres, la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, o la Ley 15/2022, para la igualdad de trato y la no discriminación.
Patricia García, portavoz de Unidas, considera que el Reglamento del Consejo de la Mujer debe ser adaptado al contexto social y a la evolución normativa. “Debe tener reflejo en el objeto de modo que incluya la promoción de la igualdad de género y la lucha contra la violencia de género. Es importante garantizar que las asociaciones que forman parte del Consejo compartan estos objetivos”.
En cuanto a la composición del Consejo, defienden un mayor protagonismo para las asociaciones de mujeres de Las Rozas. “En estos 27 años la dinámica del Consejo se ha reducido a ser un espacio de rendición de cuentas del Gobierno municipal, donde no se debate ni se consulta sobre ninguna política municipal, desnaturalizando su función como órgano de participación de las asociaciones”.
Señala García Cruz que la presidencia del Consejo la ostenta el alcalde, que fija las reuniones y el orden del día, y que ni siquiera se convoca al menos tres veces al año. “Es un modelo que impide toda capacidad de iniciativa a las asociaciones que deberían ser las que liderasen la actividad del Consejo. Además, tanto la Presidencia como la mesa que dirige las reuniones está hegemonizada por hombres cuando deberían ser las mujeres las que tuviesen un papel protagonista”.
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