“No tiene sentido no estudiarlo, porque como dijo Ortega y Gasset en su libro ‘Meditaciones sobre El Quijote’, es el libro en el que aparecen los motivos clásicos de la humana preocupación, es decir, lo que le ha interesado al hombre durante su Historia, le sigue interesando, y le seguirá interesando”, asegura Calavia.
Todos los temas clásicos, explica el profesor, están en la obra: amor, miedo, justicia, libertad, amistad… “Ortega y Gasset se da cuenta de que en El Quijote se tratan de una forma bellísima. Y me parece que proponerle a los chavales de hoy en día un libro en el que salen todos estos temas es un bien enorme, porque te introducen en las cuestiones fundamentales del alma humana. Sería un desastre no proponerles una joya como esta”.
Si de algo puede estar orgulloso este profesor es de haber conseguido que sus alumnos entablen un diálogo casi de corazón a corazón con Cervantes. “Leyéndolo en mi casa, sin que nadie me obligue, he visto que Cervantes, a través de Don Quijote, me estaba hablando a mí, me estaba diciendo tienes que tener esperanza, la amistad es de tal modo… me despierta también unas urgencias que yo no sabía que tenía en mi corazón y que siento que me las está diciendo a mí. Si no hubiera leído El Quijote no me habría dado cuenta de muchas cosas de mi vida”, asegura Lola Aguirre, una de las alumnas de Alfonso.
“En el momento que te proponen leerte El Quijote es como ‘uffff, no, ni de coña, yo no puedo leerme estas cosas, es muy grande, muy pesado, mucho que leer…’, pero empiezas a leerlo y te enseña una manera distinta de leer. Yo nunca había pensado que podía leer un libro sintiendo de verdad lo que me está diciendo el autor, viendo cómo lo que habla el libro lo puedo vivir en mi propia vida”, añade Begoña Navarro, otra de las alumnas.
“Es sumamente importante la lectura de El Quijote, porque es un diálogo propio con el alma y, además, con el método de estudio que propone Alfonso, cada uno en función de lo que considera que tiene más relación consigo mismo lo va demostrando en clase. Es muy interesante, porque ponemos en relación las preocupaciones del espíritu de cada uno”, resume, por su parte, otro de los alumnos, Luis Fernández.
Estas declaraciones de sus alumnos explican muy bien la metodología que sigue Alfonso Calavia en el aula, destinada a propiciar “un encuentro real entre el libro y el alumno de hoy”. Ver en directo cómo se produce “te llena de alegría y de agradecimiento”, asegura. Eso es lo que busca y lo que evalúa en su asignatura, más allá de que aprendan sobre formas literarias, lenguaje, etcétera, “quién se introduce de una forma apasionada en el libro, y quien llega a relacionarlo con él mismo”.
Para celebrar el Día del Libro, como en tantos y tantos lugares, el Colegio San Ignacio ha querido sacar a Don Quijote de su libro para ser recitado en público. En total, Alfonso Calavia y sus alumnos han elegido 25 citas relacionadas sobre todo con la esperanza, algo que hoy en día nos hace mucha falta, que sus compañeros de 5º y 6º de Primaria han leído en el Centro Comercial. Una lectura comprensiva en la que los alumnos de Bachillerato han aprovechado para explicar al público qué enseñanza extraen de estas palabras que siguen resonando con fuerza más de cinco siglos después.
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