Guillermo Martin presentó el acto y subrayó el momento escogido. Por ello, enumeró a aquellos que el 15 de septiembre fueron fusilados en las tapias de Cementerio del Este―hoy llamado de la Almudena―. “Francisco Vega, de Fuencarral, Andrés Molpeceres, de Hortaleza, Benito Rodríguez, de San Sebastián de los Reyes, Constantino Herranz, de Guadalix de la Sierra, Eugenio Candelas, de Chozas de la Sierra (hoy Soto del Real), Faustino García, de Cervera de Buitrago, Pablo Ramírez, de Pinilla del Valle, Julián Velasco y Santiago Lozano, de Torrelaguna, Isidoro Marivela y Luís García, de Colmenar Viejo, Felipe Arribas, de Miraflores de la Sierra, Mariano González, de Moralzarzal, Santiago Andrés, de Los Molinos, Anastasio Moreno, de Galapagar, Vicente González, de San Lorenzo del Escorial, Alejandro Alonso, de Collado – Villalba, Diosdado Martínez, de Guadarrama, Dionisio Fernández – Salinero, de El Escorial y Saturnino Santos, de Navas del Rey”.
Finalizó diciendo que no se podía traicionar la memoria de tantos hombres y mujeres, y para que no se vuelva a repetir. Así concluyó que “saquemos por fin a la luz su labor de maestro y su lucha política, como ejemplo de tantos otros, porque en todas las facetas de su vida podemos encontrar, ochenta años después, inspiración para afrontar los retos que el futuro nos depare”.
Emilio Silva recordó que es nieto de un desaparecido e insistió que para fortalecer la Democracia hay que recuperar la memoria. Apuntó que “esta plaza, el mural y el olivo, es la última lección del maestro, recordar lo que le sucedió”. En esa misma línea Paca Sahuquillo destacó la implicación de los niños y niñas en los dibujos del mural como una generación abierta a normalizar la memoria histórica y el espacio de la plaza como lugar cotidiano y de encuentro de la gente “es un acto de esperanza que se debe de celebrar en todos los pueblos”. Mario López recitó el poema de Machado dedicado a los maestros republicanos y recordó que él recibió su educación, “sacaron adelante a la primera generación en libertad que ha habido en la historia de nuestro país”.
Isabel Pérez de la Sociedad Caminera insistió en el hombre ejemplar “no se trata de crear mitos, héroes o santos” y presentó al bisnieto que señaló que “no le conocí y pocos ya quedan que le conocieron pero quedan sus actos en esta plaza, y me llena de orgullo”.
El acto terminó depositando las trece rosas bajo el olivo y reiterando la frase que reza su placa “para todo el pueblo de Torrelodones, una herencia de la que nos sentimos muy orgullosos”.
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