Fallece Javier García de Leániz, fundador del Minifútbol

Este miércoles ha fallecido Javier García de Leániz, fundador del Minifútbol y persona muy querida en Torrelodones. ‘La Vieja’, apodo por el que se le conocía en el municipio, fue el impulsor de este fenómeno deportivo y social que nació como una diversión para el verano y sigue, 45 años después, formando deportivamente y en valores a muchos jóvenes de Torrelodones.

En cuanto se ha conocido la noticia las redes sociales se han llenado de condolencias a la familia del Mini y recuerdos emocionados a García de Leániz, a quien se recuerda como impulsor “del deporte entendido como herramienta de cohesión social”, recordaba el concejal de Deportes de Torrelodones, Carlos Beltrán, y una persona “que deja mucha huella” en el municipio, destacaba el portavoz del PSOE, Guillermo Martín. No en vano, durante sus 45 años de vida, el Minifútbol ha visto pasar a más de 7.000 personas. En la última edición de Más Vive publicamos un artículo recordando esta historia de 45 años de esta entidad, que reproducimos aquí como homenaje a ‘La Vieja’ y su legado.

LARGA VIDA AL MINIFÚTBOL

Uno de los patrimonios culturales muy propios de Torrelodones y muy querido por varias generaciones es el Minifútbol. Este mes de septiembre cumple 45 años, aunque no habrá celebraciones por el estado de salud de su presidente, Javier García de Leániz, alma mater de este fenómeno social. Pero en Más Vive queremos rendir homenaje a la solera y arraigo de ese ‘espíritu del Mini’ que tanto nombran quienes participan de él.

Haciendo historia

Manolo recuerda la espontaneidad del origen: reunir a los amigos, diversión para el verano. Resultado: jugar unos partidos en la finca ‘Torresana’, entre las calles Jesusa Lara y Manuel Pardo, propiedad de los padres de Javier García de Leániz. Cuentan que era la época de la “minifalda”, de “los minis de cerveza” y concluyeron en que serían campeonatos de minifútbol.

Rápidamente se convirtió en un acontecimiento social, abierta la finca a todo el que se iba sumando, espectador o jugadoraportando ideas y medios y siempre con mucho humor. Había ganas de llamar la atención: andamio como grada y con una radio siguiendo las jugadas; un himno, una revista, la ‘Cubata olímpica’, invasiones del campo... muchas celebraciones y trofeos para todos. Era la década de los 70 y España estaba cambiando aceleradamente. A Manolo le convocaba “la unión que se buscaba entre lugareños y veraneantes”. Desde entonces no ha dejado de participar en el Mini, “el único veterano que quedaba en el campo”.

Tanto llegaron a trascender estos campeonatos que en 1982 TVE vino a contar qué era esa invención del Minifútbol que hacía “más feliz” a la gente de Torrelodones. Manolo explica que “Javier era increíble para los motes, así no se notaba la procedencia ni la clase social”. Se generó un gran ambiente, cuyo reflejo apareció en algunas publicaciones que sirvieron “para divertirse y conocerse, para lograr puestos de trabajo, parejas que se casaron y un pueblo que se saludaba con alegría”. Por entonces, se creó ‘Don Cubato’, su personaje insignia que reúne el casco obrero, la corbata del ejecutivo y el libro del estudiante.

El Mini tuvo años de interrupción, por la venta de la ‘Torresana’ y traslados a otros espacios. Comenzaron con 31 jugadores y llegaron a los 400 antes de su gran ausencia, que duró hasta 1998. Afirman que el minifútbol se inventó en Torrelodones -no está federado, las normas son propias- y luego se extendió por Sudamérica y Europa. También, dijo una vez el locutor deportivo José María García, fue “el que impulsó el fútbol Sala en España”, a raíz del gran éxito del equipo surgido en Torrelodones y basado en la organización del Minifútbol, pero ésto ya forma parte de otra historia.

Siempre hubo un reclamo, una nostalgia por volver a aquellos tiempos, “faltaba algo” y el motor siempre era su fundador, García de Leániz, apodado ‘La Vieja’ por un disfraz. En la actualidad y ya casi a diario, son también los hijos de aquellos ‘minifutboleros’ los que comparten con sus padres y madres el campo, el balón y la amistad.

45 años de deporte social

Javier ‘Lea’ tiene 32 años y es licenciado en Educación Física “he aprendido de mi padre la otra parte del deporte como vehículo socializador”. Él dirige la Escuela del Mini, la parte más formal de este “movimiento cultural”. Admira la transmisión de valores y la inmensa red de vínculos entre personas que se ha generado. Algunos han querido dejar sus impresiones.

A Cristina no le gustaba el fútbol pero iba con la pandilla al Mini. ‘La Vieja’ le puso el mote de ‘mosca cojonera’. Sus tres hijos son forofos y en vez de ir al parque para hacer botellón se reúnen allí con Javier “él allí está perenne”.

Otro minifutbolero, Íñigo, celebra con satisfacción los fuertes lazos intergeneracionales que se crean. “Mi hijo de doce años está encantado de compartir conmigo el espacio”. Además con otros padres organizan actividades y salidas juntos. “Tengo allí grandes amigos”. Los elogios siguen para el fundador, “un hombre muy especial, hay que tener un cariño muy grande para haber hecho ésto”.

Por su parte el presidente del Mini, ‘La Vieja’ ha querido sumar a este aniversario una mirada al futuro, puesta en la actual Junta Directiva que, dice, está trayendo aires nuevos para su continuidad. Javier Urosa, miembro de esta Junta, señala que “en los últimos cinco años ha entrado gente nueva muy implicada y eso es muy buen síntoma”. Es optimista, el Mini no se puede perder: “casi 7.000 personas han pasado por esta experiencia y se moviliza mucha gente hoy en día; llueva o nieve nos verás jugando en Torreforum”.

Lo que tienen muy claro es que mantendrán el espíritu del Mini. “No importa quién gane o quien pierda”, dice parte de su himno “lo importante es jugar al Mini”. Toda una historia hecha de un día a día y, como dice ‘La Vieja’, “el que no hace nada, nada arriesga”.