Esta tradición comenzó hace 69 años por los amigos de Don Jacinto Benavente, que se reunían alrededor de su tumba con un verso y una flor entre las manos para conmemorar su fallecimiento. Se recupero en la localidad en 2016, con motivo del 150 aniversario del nacimiento del autor, Premio Nobel de Literatura, y no se ha dejado de hacer desde entonces.
Además de la lectura de diferentes fragmentos de la obra de Jacinto Benavente, se realizó una ofrenda floral en su tumba. El acto fue amenizado por el saxofonista Alberto Santamaría que interpretó los temas ‘Canción húngara de Alma de Dios’ de José Serrano, ‘Autumn in New York’ de Vernon Duke y ‘Canción del Sembrador’, de ‘La Rosa del Azafrán’ de Jacinto Guerrero.
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