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Con el otoño, llega el momento de cuidarse
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(Foto: Freepik/www.masvive.com)

Con el otoño, llega el momento de cuidarse

Por Mabel Cazorla
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Hemos vivido dos años y medio excepcionales en muchos sentidos, también en cuanto a la salud general de los ciudadanos, y no todo lo que nos ha pasado y nos pasa tiene que ver con el paso del COVID por nuestras vidas. ¿Hemos dejado de cuidarnos? Ni mucho menos, pero nunca está de más recordar algunas pautas básicas de cuidados y cosas a tener en cuenta para cuidarse en lo físico, y también en lo mental, ahora que llega el otoño y vuelven los catarros, las gripes… y otras muchas afecciones que arrastramos por culpa de los inevitables cambios de hábitos de vida que hemos experimentado en los últimos años.

¿Cree que el teletrabajo ha impactado en su salud? Pues los expertos nos confirman que es así. También la incertidumbre social ha impactado en la salud mental de muchos ciudadanos y el sedentarismo (obligado) en la salud sobre todo de las personas de más edad. Dejamos para mañana problemas de salud que deberíamos atajar hoy mismo, y sufrimos las consecuencias de pasarnos el día delante de una pantalla. Pero hay alternativas.

Salud y otoño

El otoño pone a prueba nuestro organismo, por la bajada de temperaturas pero también la disminución de horas de luz. No sólo es la época de los catarros, las gripes y los enfriamientos. También del cansancio, el dolor muscular, la astenia otoñal, las patologías reumatológicas, los problemas para conciliar el sueño o las afecciones respiratorias asociadas con la humedad.

¿Y cómo hacer frente al otoño? La doctora Rosa Díez lo tiene claro “buena dieta, mucha verdura, fruta y ahora en otoño, legumbres. Cuidar nuestra temperatura. Y hacer un poco de ejercicio, dedicarse al menos media hora al día para salir, pasear, disfrutar de nuestro entorno y la naturaleza… para visualizar las cosas y cuidarse uno mismo”. Además, para estar saludables este otoño, la doctora Rosa Díez tiene otra recomendación. “No mirar Internet” para autodiagnosticarnos. “Somos cada vez más hipocondríacos, la pandemia nos ha llevado a eso, a buscar información, no saber discernir y hacernos cada película y diagnósticos fenomenales”.

Los médicos prevén que este año haya más casos de catarros y gripe que en años anteriores -el uso de las mascarillas hasta ahora, en este caso, ha sido determinante-, pero Rosa Díez asegura que los ciudadanos están cada vez más concienciados y comenzaron ya a pedir en septiembre la vacuna de la gripe, aunque la campaña de vacunación oficial comienza ahora, a mediados de octubre.

Esa campaña de vacunación comienza, como cada año, con la inoculación de la vacuna de la gripe a las personas de mayor edad y al personal sanitario y sociosanitario y continúa después con el resto de los grupos de riesgo (embarazadas, personas de 60 a 64 años de edad y menores de 60 con factores de riesgo para la gripe). La campaña de vacunación finalizará el 31 de enero.

La gripe se transmite con facilidad de una persona a otra a través de diminutas gotitas y pequeñas partículas expulsadas con la tos o los estornudos. La mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. “Sin embargo, en niños pequeños, personas de edad avanzada y personas aquejadas de enfermedades crónicas, la infección puede conllevar graves complicaciones”, señalan desde la Consejería de Sanidad.

“En la actualidad, la vacunación es el mejor medio de que disponemos para prevenir esta enfermedad. Las vacunas frente a la gripe han demostrado ser seguras y eficaces. La vacunación de gripe estacional tiene por objetivo principal reducir los casos graves y sus complicaciones, es decir disminuir el número de hospitalizaciones por enfermedad severa así como el número de fallecimientos por gripe, fundamentalmente en personas mayores y en personas con enfermedades crónicas”, recuerdan.

Salud Mental

Tan importante es cuidar el cuerpo como la mente. En marzo de este año, un informe de la Organización Mundial de la Salud dejaba en evidencia un dato preocupante: “la pandemia ha tenido un impacto severo en la salud mental y el bienestar de los ciudadanos en todo el mundo, al tiempo que ha aumentado la preocupación por un incremento de los comportamientos suicidas”. En ese estudio, en el que han participado expertos universitarios de varios países, entre ellos de la Universidad Autónoma de Madrid, se llega a la conclusión de que “durante el primer año de la pandemia hubo un aumento significativo de problemas de depresión y ansiedad”.

A finales de 2021 la Fundación Social de La Caixa ponía cifras a esta misma situación: “la depresión ha aumentado del 5,75 por ciento al 8,84 por ciento entre la población general; la ansiedad, del 11,6 por ciento al 17,8 por ciento, y los pensamientos de muerte, del 22,9 al 28,5 por ciento. En cambio, la ideación y la conducta suicida han disminuido casi a la mitad”. Uno de los colectivos más afectados ha sido el infanto-juvenil.

A estos datos añade la médico psiquiatra María Fernanda Fernández su experiencia en consulta: “miedo, aislamiento, trastornos del sueño o estrés postraumático, pérdida del sentido de la vida… siguen estando a la orden del día”.

Hay muchos más factores que trascienden la experiencia de estos dos últimos años y que tienen que ver “con el tipo de sociedad que hemos creado y en la que vivimos, como el estrés de la sociedad en general, la inestabilidad a nivel mundial, la falta de valores y límites sanos, el mal uso de las tecnologías, la pérdida del concepto de unidad familiar, la presión social, la desprotección que sienten los ciudadanos…”, explica María Fernanda. No es de extrañar, añade, que muchos jóvenes y personas adultas presenten cada vez más crisis de pánico, ansiedad generalizada, depresión, insomnio, agresividad, trastornos de alimentación o baja autoestima.

Pero no hay que quedarse en el pesimismo, nos recuerda. Hay muchas formas de cuidar la salud mental que pasan por reducir el estrés, es decir el cortisol, mediante el ejercicio, dietas equilibradas y horarios laborales más regulados; establecer límites firmes y neutros tanto en jóvenes como adultos, en relación a la tecnología y a las normas básicas de convivencia; recuperar el sentido de unidad familiar, “para que los hogares se conviertan en lugares acogedores y cálidos y no la recepción de un hotel”; mejorar la comunicación y compartir tiempo de calidad con los hijos… También cosas sencillas, como conectar más con la naturaleza; practicar la amabilidad, volver a saludar y abrazar, “todo aquello que nos hace humanos y da un sentido a nuestra existencia”; o recuperar el valor de las cosas pequeñas de la vida… En definitiva, aprender a valorar el ser tanto como el hacer y a gestionar bien las emociones.

“Es más fácil decirlo que hacerlo, pero no es imposible. Suele requerir esfuerzo, paciencia, motivación, compromiso y trabajo personal. Pero desde luego, merece la pena, ver a los jóvenes y adultos de nuestra sociedad felices es el mejor regalo que podemos obtener”, concluye.

Haz ejercicio

Preguntes a quien preguntes, la recomendación es siempre la misma: para tener una buena salud hay que hacer algo de ejercicio. ¿Pero qué tipo de ejercicio es el adecuado? Pues depende de muchos factores: edad, salud general… en cualquier caso “todo ejercicio que suponga la activación del corazón y el sistema cardiovascular es recomendable. La intensidad depende de la edad y de las patologías o lesiones previas”, explica Mónica Díaz, profesora de yoga y pilates.

“Puede ser andar despacito por la calle, andar a un ritmo más alto, si puedes, porque puedas hacer impacto, correr… o cualquier tipo de clase cardiovascular, ciclo, baile… tú ajustas la intensidad en función de tus limitaciones y tus posibilidades”.

A parte, Mónica recomienda mejorar la movilidad de las articulaciones, que se pierde con los años, “la única manera de no perderla es ejercitarla, ya sea a través de pilates o yoga o simplemente movimientos de brazos y de piernas que impliquen rango articular, para que no se pierda la movilidad completa de un hombro, una pierna, una mano… que todos vamos perdiendo con la edad”.

Además, explica que en estos dos años han notado un aumento de las lesiones de espalda asociadas al teletrabajo, “a nivel lumbar o cervical”, e incluso problemas de circulación en las piernas por pasar muchas horas sentado. “En quince años nunca había visto tantas personas con estos problemas y eso ha sido a raíz de la pandemia y del trabajo en casa” porque mucha gente pasa su jornada laboral en casa , sentada en sillas y posturas que no son las adecuadas, con mesas inadecuadas, sin reposapies, sin apoyar las lumbares en la silla… y con el paso del tiempo, “por acumulación, tantas horas al día, tu cuerpo al final pierde la alineación y la postura y de ahí es de donde vienen todas las lesiones”.

Nos solo el teletrabajo está haciendo mella en el físico de los ciudadanos. Pasar dos años de movilidad restringida ha tenido además un importante impacto en los vecinos de mayor edad. “Gente de entre 65 y 80 años, que estaba muy activa, hacía ejercicio, iba a su pilates, su tenis, al golf… y que han parado de hacer todo tipo de ejercicio y de salidas”, explica Verónica Alcaraz, fisioterapeuta, ya las que ahora les cuesta recuperar el ritmo. “Hay cosas que psicológicamente piensan que ya no pueden retomar, y físicamente es cierto que si paras dos años, a esas edades, cuesta retomarlas”.

La fisioterapeuta Verónica Alcaraz también se encuentra en su consulta muchas consecuencias del teletrabajo: de columna, lumbares, cervicales, dolores, mareos, migrañas, trastornos del sueño… porque “aunque hagas las mismas horas que hacías antes”, no es lo mismo ir a trabajar, andar a coger el autobús, subir y bajar las escaleras del Metro, levantarse a hablar con un compañero, que pasar todas esas horas en casa sentado ante un ordenador. “El mejor consejo es que dejemos de tener miedo y salgamos a vivir, a pasear, hacer deporte al aire libre, retomar las clases… y ser conscientes de nuestra postura, no ir encorvados. Hacer cualquier cosa que sea levantarnos del sofá”. Y también soltar un ratito el móvil, lo que nos lleva a la siguiente recomendación…

Levanta la vista

Cada vez dependemos más de las tecnologías. Llevamos agarrado el teléfono móvil como si de una línea de salvación se tratase… y eso tiene consecuencias en nuestra salud. Hay algún estudio que asegura que podemos pasar hasta un tercio de las horas que pasamos despiertos, casi cinco horas al día, con el teléfono móvil en la mano. Y eso se paga.

A nivel físico, asegura Verónica Alcaraz, se acaban produciendo muchas lesiones en las manos “veo muchos túneles carpianos, problemas de manos, codos, muñecas y dedos, porque estamos muchas horas con el móvil sujeto con la mano izquierda y escribiendo con la mano derecha. También se dan casos de rizoartrosis, que es la atrofia del dedo pulgar, por culpa de sujetar el teléfono”, asegura. “Deberíamos intentar no estar todo el día mirando el móvil”, reflexiona. Y quien dice el móvil dice también otros dispositivos electrónicos, como tablets o libros electrónicos. ¿La solución? Hacer estiramientos, mover las manos, utilizar atriles o soportes para sujetar los dispositivos electrónicos… y también dejar un rato el móvil encima de la mesa.

El que nuestro trabajo y todo nuestro ocio pase por los dispositivos electrónicos también está afectando, mucho, a nuestra salud ocular. Menores y adultos pasamos más horas delante de las pantallas, y eso hace “que aparezca antes la miopía en algunos niños o que les aumente”, explica Ignacio Borrego, óptico optometrista. En el caso de los mayores, tantas horas delante del ordenador lo que genera vista cansada, sequedad de ojos “y que la visión intermedia se vea afectadas”.

Las recomendaciones que hace este profesional, en el caso de los menores, es intentar que pasen más tiempo al aire libre, porque puede ayudar a frenar la progresión de la miopía en los más pequeños. Y en el caso de los adultos, también invita a pasar más tiempo al aire libre, trabajar o estudiar cuando se pueda con luz natural y, cuando estemos trabajando con una pantalla, levantar la vista de los dispositivos electrónicos. “Hay un ejercicio que siempre mando, que es levantar la mirada cada ocho o diez minutos y mirar a lo lejos durante un minuto o minuto y medio”.

No procrastines

En cualquier caso una recomendación básica es no dejar para mañana la dolencia leve que podamos tratar hoy. Porque retrasar un tratamiento, en esto de la salud, nunca es una buena idea. Lo enfatiza mucho la podóloga Encarnación Zoreda, con una frase muy llamativa: “la procrastinación es el principal enemigo del pie”. Uñas encarnadas, fascitis, papilomas, durezas, problemas en la pisada… “casi todo tiene solución si se trata a tiempo”, explica. Y es primordial, porque cuidar de los pies es cuidar de nuestro principal medio de transporte. Por eso esta especialista recomienda cuidarlos, usar calzado cómodo, no abusar de los tacones en el caso de las mujeres o de los zapatos estrechos, no utilizar suelas muy finas o duras… y no posponer el acudir a un profesional.

Tampoco parece una buena idea descuidar la salud del lugar de nuestra anatomía que más bacterias concentra: la boca. Por ejemplo, se ha demostrado que existe esta vinculación entre salud periodontal y rendimiento deportivo. Una boca enferma, aseguran los expertos, limita el rendimiento deportivo y una mala mordida puede influir en las lesiones musculares. Por eso, muchos clubes deportivos llevan a rajatabla la salud dental de sus deportistas.

Para los que no estamos en la élite deportiva sirve la misma recomendación, porque una mala salud dental puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. “La boca es un foco de entrada de bacterias al organismo, eso va al torrente sanguíneo, al estómago, y se ha demostrado que puede influir en infartos”, explica Miguel Ángel Castillo, director de una clínica dental.

¿Como cuidar la boca? Lo recomendable es hacerse una limpieza cada seis meses o un año, y cepillarse los dientes tres veces al día. O al menos no saltarse el cepillado de la noche, “porque dormimos con la boca cerrada, no entra oxígeno y las bacterias en su interior se reproducen más”, asegura la higienista dental Ana Rosa Carmona. Además de vigilar la higiene dental, conviene no abusar de alimentos que pueden afectar a nuestros dientes, como los carbohidratos o los zumos en el caso de los menores, los refrescos de cola y tabaco, que producen manchas muy difíciles de eliminar… o remedios caseros que pensamos que nos pueden ayudar con nuestra salud, como el agua con limón que mucha gente que toma en ayunas. “El limón provoca mucha abrasión del esmalte de los dientes, lo daña mucho”, explica Carmona.

Un ejemplo que demuestra, a las claras, la importancia de no fiarlo todo a los remedios caseros. Porque la clave, como nos recomienda la doctora Rosa Díez, es la sensatez, “el sentido común, que es el menos común de los sentidos”. Y acudir a los expertos. “Que nos consulten, para eso tienen a unos profesionales que les pueden orientar”.

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