Dos generaciones de maestros le preceden y un especial gusto por la Historia, que es su formación y la asignatura que sigue impartiendo. Con 46 años y tras 12 años como jefe de estudios en el Instituto, llega a la Dirección sustituyendo a Mario López, que se ha jubilado anticipadamente.
El próximo año se abrirá el concurso para este cargo y también para renovar el equipo directivo y proyecto educativo del centro. Con este entrevista nos hemos permitido conocerle más de cerca, ahora que el curso escolar ha arrancado en el Centro para sus 1.250 estudiantes.
¿Por qué elegiste dedicarte profesionalmente a la enseñanza?
Por tradición familiar. Estudié en la academia que mi abuelo abrió en los años 40 en el centro de Madrid y luego al lado de casa, en Carabanchel, donde mi padre era catedrático de instituto. Mis padres se conocieron en la academia de mi abuelo cuando él daba clases a mi madre. La enseñanza es para mí familiar y natural.
¿Cuál fue el camino que te llevó a ser profesor?
Me matriculé en Geografía e Historia y creo que está relacionado con la fascinación por la tremenda biblioteca que tenía mi tío, también profesor, que era amante de los libros de Política e Historia. También recuerdo a don Andrés en EGB, porque disfrutaba en sus clases de Historia. Así se siembran vocaciones y gustos. Cuando encontré trabajo en un colegio privado de Las Matas, en el que estuve 5 años y cuatro como jefe de Estudios, ya me metí de lleno en la docencia y dejé casi al final mi tesis doctoral y mi gran afición a la investigación histórica.
¿Te pareces a don Andrés en tus clases?
Todos los profesores nos parecemos a los buenos profesores que hemos tenido. Y todos enseñamos como ellos, aunque nos actualicemos y enseñemos a otros que harán lo mismo. Este año mantengo un grupo de 2º de Bachillerato y hemos empezado por el último tema: la constitución de las autonomías, para entender lo que estamos hoy viviendo. En mis clases trato de que les guste y mostrarles su utilidad. Las asignaturas de Historia y Filosofía son las que pueden abrir más la mente.
¿Cómo llegaste al IES Diego Velázquez?
Decidí dar el salto a la pública y llegué como interino en el curso 2003/2004. Aprobé la oposición y al segundo año de estar en el instituto el director Mario López me propuso como jefe de Estudios y me sorprendió mucho. Desembarqué en un centro grande del que me hablaron muy bien. Me llamó la atención la gran cantidad de profesores que no cambiaban destino y de familias que se implicaban de forma constructiva en el AMPA.
Has asumido cargos de responsabilidad, ¿qué cualidades hay que tener?
Hay que tener vocación como profesor y no por ser jefe o director. Estar cerca de los alumnos y no en un pedestal, eficacia en la organización y liderazgo y querer implicarte en la vida del Centro. Desde luego hay algo que te atrae más allá de estar en el aula. Te planteas qué puedes aportar y qué han podido ver en ti para que te propongan. Para mí no es una ambición. Siempre pongo el ejemplo de Pepe Segovia, que después de tener importantes cargos en el Ministerio y ser director aquí, los últimos años antes de su jubilación quiso volver a las aulas. Es lo que quiero hacer yo.
¿Cómo fue ser jefe de Estudios del Instituto?
Yo quiero referirme a la Jefatura, donde fuimos por muchos años tres personas y ahora son cuatro. Es el cargo más duro, más que ser director, en la Jefatura te llega todo. Hay momentos de satisfacción porque todo va funcionando y otros de estar cansado y quemado. Los dos años más duros fueron cuando se aplicaron los recortes. Ahora vivimos un impás legislativo y no podemos frustrarnos porque puede ser aún largo el tiempo hasta que salgamos de esto. Hay que seguir adelante.
Preparábais el cambio desde enero...
Mario López nos comunicó en enero su marcha. Fue una sorpresa, pero una situación que iba a llegar antes o después y quiero agradecerle su confianza al proponerme. Asumí con naturalidad el cargo y aunque comenzamos de forma extraoficial el traspaso nada era seguro hasta que la Dirección de Área Territorial dio la conformidad.
¿Qué retos tienes este año como director?
Mi único horizonte es este año, no puedo comprometer nada a largo plazo. Me propongo mantener lo que tenemos, pero sí buscar recursos para mejorar las infraestructuras. Es un aspecto muy importante el que los espacios donde trabajamos sean cómodos y agradables. Nuestras instalaciones tienen más de 30 años y el equipamiento de las aulas ya ha cumplido su vida útil. Sé que es un terreno árido, lo económico, pero no voy a dar por hecho un “no”, el director tiene que ser más positivo que precavido.
¿Cuál va a ser el sendero educativo en el Centro?
Hay que evitar dormirse en los laureles, en la fama conseguida gracias a profesores y estudiantes. Tenemos que innovar, cambiar estructuras y espacios. Me da un cierto miedo las ‘modas’ en la Educación, quedarse con una es muy empobrecedor porque todas las corrientes tienen sus pros y sus contras y hay que integrar todo lo positivo.
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