Apuesta por el baloncesto colegial

La Escuela ha despegado definitivamente en este curso, duplicando sus participantes en más de cien. Además, la finalización del pabellón polideportivo María de Villota ha multiplicado las expectativas cuantitativas y cualitativas para la práctica de este deporte.

Deporte colegial

Piluca Guil, jugadora durante una década en el Canoe y entrenadora, afirma que lo que le mueve es que los chavales “tengan la oportunidad que yo tuve en el colegio”, por ésto apuesta por los valores del deporte colegial, diferentes a los de un Club.

Pablo Burgé defiende “un concepto de Escuela que va más allá del deporte” y cree que “el baloncesto es una herramienta pedagógica para aplicarla a la vida: autoestima, liderazgo, toma de decisiones, trabajo en equipo...es un aprendizaje en la práctica que va más allá de lo académico”. Por todo ésto subrayan que “hemos puesto el foco en que sea entretenido, no hacemos campañas de marketing. Ahora son tantos porque unos hablan con los otros de lo bien que se lo pasan”. De la competitividad en el juego asegura que es algo que hay que gestionar en la cancha. “Hay que gestionar ese impulso para que no sea un sentimiento de superioridad y se pierdan, sino que entiendan que es el resultado del trabajo bien hecho y un reto de superación”.

Nacho Traver es el enlace del Club con la Escuela. “Estamos dando un soporte técnico más amplio, con cuatro entrenadores del Club junto a Piluca y Pablo. También me convencieron para que llevara un equipo de benjamines”. Además, hace dos meses comenzaron en el colegio un curso para entrenadores mediante un acuerdo con la Federación Regional -cuatro alumnos que apoyan en la Escuela están en esta formación-. También está previsto que sea la sede de cursos para toda la Comunidad de Madrid, tanto en la parte teórica como para las prácticas, con el tutelaje del Club. Para Traver, “el baloncesto puede convertirse en la seña de identidad del Colegio”.

Ligas colegiales

En la actualidad cuentan con siete grupos y están consolidando una generación de jugadores comenzando desde edades tempranas. No compiten el equipo de Babybasket de tercero de Infantil ni los Prebenjamines de primero y segundo. A partir de los Benjamines de 3º y 4º, que son mixtos y fueron los pioneros de este proyecto, participan en la liga ADS. Los alevines -5º y 6º- son nuevos este año. En Secundaria se perdió el grupo formado en el primer trimestre. “Hay que dar la oportunidad pero es difícil hacerlo desde arriba”. Pablo apunta que todos aportan para tejer esta Escuela: alumnos, ex alumnos y una madre como apoyo a los pequeños.

Para los colegios existe una Pequecopa en minibasket y se juega en una jornada. El próximo 15 de mayo, el colegio San Ignacio va a participar por primera vez. Piluca explica que sólo pueden participar 16 alumnos en categoría femenina y masculina por lo que han resuelto que harán una selección con los que tengan mejor expediente académico.

Sin embargo, tienen que esperar para la Copa Colegial de canasta grande por falta de equipos de mayores. En esta competición colegial está la oportunidad de que se unan alumnos que también están jugando en otros clubes “por ejemplo hay alumnas que están en el Estudiantes”.

Los tres están contentos de la progresión de la Escuela. Se están adaptando a la creciente demanda aumentando horarios y usando las instalaciones que ya tiene el colegio. Piluca concluye que el baloncesto nació en un colegio y está avalado como el deporte ideal para los centros escolares.