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Las chicas del Torrelodones CF caen con honor ante el Atlético de Madrid
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Las chicas del Torrelodones CF caen con honor ante el Atlético de Madrid

miércoles 16 de septiembre de 2015, 10:59h
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El Femenino A pierde en el Cerro del Espino (3-1) ante uno de los gallitos de la categoría, el Atlético de Madrid, pero mejora su imagen respecto al partido inaugural y Judith Ledesma marcó el primer gol de la temporada para las torresanas.

Tras el primer encuentro frente al Alhóndiga, por el resultado y, en mayor medida, por el juego poco fluido que desarrolló el equipo, las sensaciones en el entorno del equipo no eran buenas. Si durante la semana anterior e incluso ya a final de la pretemporada se pudo ver que la idea de juego estaba plasmándose en el campo y con unas jugadoras que ya asumían el papel que los técnicos les solicitaban, el encuentro ante las getafenses dejó fríos a muchos aficionados. No por el resultado sino por el desarrollo del estilo de juego. La falta de combinaciones y de fluidez en la salida de balón condenó a un equipo que presentaba bajas importantes en la línea defensiva, especialmente. Las dudas se instalaron en la grada pero no así en el equipo. La confianza de los técnicos seguía tan viva como antes de la primera jornada y Rubén Jiménez lo expresó de manera tajante: “Las ideas están y el trabajo también. Nos preocuparemos cuando estas jugadoras no trabajen pero no fue así”. De esta manera zanjó el técnico las dudas, alejando a la plantilla de ellas.

Transcurrió la semana entre el refuerzo de los conceptos que los técnicos llevaron a cabo y la motivación que supone jugar en un escenario como el Cerro del Espino y para cuando llegó el domingo, estaba todo preparado. La consigna estaba clara: Jugar al fútbol es la manera, es el camino.

Con la firme intención de discutirle el favoritismo al Atlético de Madrid, el técnico apostó por las veloces Nerea Agüero y Pili Moreno para los laterales y le dio galones en el centro de la defensa a Sandra Caballero, conociendo bien la claridad de ideas de la cántabra en lo que a fluidez del juego se refiere. Con ella, tanto Lola Martín como Bea Cano se vieron liberadas de esa función y se permitieron controlar el juego torresano, aprovechando así sus cualidades y, sobre todo, permitiéndoles combinar con mucha más precisión y mantener más opciones de pase con respecto al partido inaugural. La entrada de Yadira le dio el músculo necesario para romper la segunda línea rojiblanca y la jovencísima Anita Marcos fue la gran novedad en la punta del ataque. La sevillana aportó su presión y movilidad habitual mientras Mirella y Judith aprovechaban su juego para crear los espacios necesarios. Aurora repitió en portería y Ely Calvo lo hizo en la defensa para completar el once que saltó al césped de Majadahonda. Durante la primera mitad, todo lo que estaba plasmado en papel se hizo realidad y las visitantes controlaron el juego sin oposición de las colchoneras, que se vieron sorprendidas por el trabajo táctico de las nuestras. Lola y Bea movían el balón a su antojo por el campo, apoyándose en unas incombustibles Nerea y Pili y con los apoyos permanentes de Mirella y Judith. Yadira abría los espacios y Anita los aprovechaba. Todo fluía y las ocasiones fueron sumando del lado blanco, en esta ocasión, de negro. Tuvo Anita dos ocasiones para marcar. La primera se le fue por poco después de marcharse de la central atlética con un regate marca de la casa desconocido aún en Segunda división pero habitual en categorías inferiores, de donde procede la 21. En la segunda, se le escapó el control cuando ya encaraba la meta rival, después de marcharse de nuevo de la central.

El Atlético de Madrid estaba roto y en el banquillo visitante y en la grada se sabía la importancia de aprovechar ese momento para marcar. La tuvo también Judith Ledesma, que cruzó en exceso un buen disparo, y la inoperancia ofensiva local debido al gran trabajo defensivo de las nuestras era un buen aliciente para pensar que era posible llevarse puntos de uno de los campos más emblemáticos de la categoría.

Cuando la primera parte agonizaba, llegó el duro golpe. En el único fallo defensivo de la primera mitad, y en el primer lanzamiento de las locales, llegó el primer gol. La atacante se adelantó a Nerea y aprovechó la posición adelantada de Aurora para batir por alto a la guardameta torresana.

Después de todo el trabajo, de tener en la palma de la mano al Atlético de Madrid, con poco, con muy poco se adelantaron las colchoneras. Un mazazo del que sería muy difícil reponerse.

Tras la reanudación, el partido se igualó. El Atlético se mostró mejor plantado, sin duda el gol ayudó a ello, y pese al jarro de agua fría, las nuestras no querían perderle la cara al partido. Todo acabó en el minuto 56, con el segundo gol rojiblanco. Una falta lateral que remató en el área pequeña la jugadora atlética y que terminó de golpe con el partido. Los cambios de Rubén Jiménez trataron de darle una nueva vía al encuentro, un nuevo giro. Después de todo el esfuerzo, parecía increíble irse de vacío del Cerro y dio entrada a Mery y a Miri. La primera debía de contener el centro del campo para liberar a Bea Cano más allá de la línea de 3/4 y la velocidad de Miri tendría que darle la velocidad extra en ataque. Mirella y Yadira fueron las sustituidas. La idea estaba clara y, realmente, pocas opciones quedaban. Se trataba de un todo o nada.

El Atlético vive de la tranquilidad de sus jugadoras. En un esquema algo anárquico, la calidad de sus piezas se impone pero depende de la calma con la que desarrollen su juego y, con 2 goles de ventaja, la calma está asegurada. Las rojiblancas comenzaron a dominar, a combinar y a llegar. Ahora sí, encontrados los espacios, la técnica de las colchoneras brilló, más por inercia que por orden. Más por tranquilidad que por desarrollo en el juego. El tercer gol cayó por esta propia inercia. Todavía faltaban 20 minutos, el Torre lo había hecho todo durante una primera parte tácticamente primorosa y se estaba llevando 3 goles en el Cerro. Son estos partidos los que pueden terminar en goleadas y, si alguien presenciara tan solo la primera mitad, no se creería un resultado tan abultado pero esto tiene que ver con aspectos psicológicos, con bajar los brazos. Lo decía el técnico después de la primera jornada: “Nos preocuparemos cuando estas jugadoras no trabajen…”. Las jugadoras no bajaron los brazos, no dejaron de luchar. La canterana Bea Martín sustituyó a una exhausta Anita Marcos y no especuló, no dejó nada por entregar. Pese al 3-0, pese a lo abultado que pudiera parecerle el resultado o la imposibilidad de soñar con arañar puntos de Majadahonda, no bajó los brazos. Ni ella ni ninguna jugadora. Carmen entró también, con el mismo resultado. La canterana entregó todo. La veterana también lo hizo. Judith mandó un zapatazo al larguero en el preludio del gol de las nuestras, obra de la propia malagueña, que no perdonó un regalo de las rojiblancas. 3-1 y nadie había bajado los brazos. “Nos preocuparemos cuando estas jugadoras no trabajen…”. Entonces, no hay motivos para preocuparse.


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