Según ha informado el Consistorio, el área de Medio Ambiente está utilizando los restos vegetales leñosos generados con la poda y el recorte de árboles y arbustos del municipio, que se trituran con una desfibradora y se colocan sobre las zonas verdes a modo de capa protectora.
Esta práctica tiene varios beneficios: protege las plantas de la climatología externa, ya que permite mantener una temperatura constante en el suelo; durante los meses de verano, evita la evaporación del suelo ya que actúa como un parasol, y supone también ahorro de agua, ya que la capa de ‘mulching’ ayuda a retener la humedad del suelo.
Otro de los beneficios del esta práctica es que contribuye a erradicar las malas hierbas. “La presencia de esta capa de materia orgánica evita la exposición solar sobre el sustrato, algo que impide la proliferación de estas hierbas poco deseables. Por otra parte, esta técnica favorece la fertilidad del suelo, cuando el ‘mulch’ se descompone, se transforma en un humus perfecto para fertilizar el suelo”, explican.
Para la concejal de Medio Ambiente, Paloma Lorenzo “esta iniciativa es un ejemplo más de los esfuerzos y compromiso del municipio con el reciclaje y el cuidado de nuestro entorno, aprovechando también los residuos para mejorar nuestras zonas verdes y al mismo tiempo ahorrando en agua”.