Explica Marisa Baleo a MasVive que su curiosidad por la historia de estos espacios viene de sus lecturas de autores como Nieves Concostrina, que tiene algunos libros dedicados a esta materia, y de sus propias visitas al cementerio municipal. “Los cementerios tienen su historia, y yo he vivido el de Hoyo desde hace muchos años, porque mi padre murió pronto y lo he visitado mucho”, relata. En el mismo lugar se pueden encontrar algunos enterramientos de época visigoda, que se han conservado como parte del Yacimiento de La Cabilda.
Pero lo que realmente impulsó esta actividad cultural fue la ‘apertura’ del cementerio judío de Hoyo de Manzanares, un espacio creado en 1984 que no siempre ha estado tan accesible. Allí está enterrada Violeta Friedman, superviviente de Auschwitz y una importante activista por los Derechos Humanos, y una visita en 2021 del Club de Lectura que dirige Marisa Baelo a su tumba, en la que estuvieron acompañados por la hija de Friedman y representantes de la comunidad judía, sirvió de toma de contacto para organizar nuevas visitas al recinto.
La visita conjunta a estos tres espacios permite conocer distintas formas de afrontar el paso a la otra vida. “Lo visigodo, lo medieval y lo católico tienen una cita afinidad, porque parten de la misma religión, pero hay distintos ritos funerarios que diferencian una época de otra. Y lo que es distinto es lo judío, porque tienen otra forma de tratar a sus muertos, de enterrar, usan tumbas individuales…”, señala.
Para Marisa Baelo, estas visitas permiten hacer un viaje por la historia de Hoyo. Por ejemplo, en el Cementerio municipal se puede encontrar a muchos pacientes de los sanatorios antituberculosos que abrieron en la localidad en los años 20 y 30 del pasado siglo. También estuvo allí enterrado durante unos años uno de los militantes del FRAP fusilados en Hoyo de Manzanares en 1975. y en la zona antigua se conservan enterramientos antropomorfos de la Edad Media.
Y hay muchas otras curiosidades que Baelo se reserva para las visitas guiadas. “Son visitas tranquilas, turísticas, que no buscan faltar el respeto a nadie, pero distendidas y que animan a pasar un rato agradable y a contemplar la muerte desde otro punto de vista”, resume.
Las inscripciones para la visita del 29 de octubre se pueden realizar ya, en este enlace.
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