Habitualmente Jorge realiza las sesiones de rehabilitación con el exoesqueleto, dos veces en semana, en la sede del CSIC en Arganda del Rey, pero hoy era un día especial. Es el cumpleaños de Jorge, cumple 12 años, y por fin ha visto cumplido su deseo de poderse llevar el exoesqueleto a clase para que lo vieran sus compañeros.
El dispositivo que utiliza Jorge, y que hoy ha enseñado como funciona a sus compañeros y profesores, es un exoesqueleto de marcha que sustenta al niño desde el tronco hasta los pies. Está fabricado en aluminio y titanio, pesa unos 12 kilos y es adaptable al cuerpo. “El dispositivo interpreta la intención de movimiento del paciente de forma no invasiva y responde a esta intención en cada paso. También puede trabajarse de forma pasiva, generando un patrón de marcha específico para cada paciente”, explican desde Marsi-Bionics.
Elena García Armada, investigadora del CSIC, fundadora y promotora del proyecto, es una de las 30 mujeres más influyentes del mundo en el ámbito de la robótica. Creó Marsi-Bionics con el primer prototipo, para trasferir a la sociedad los resultados de la investigación, una spin-off del Centro de Automática y Robótica (CAR), un centro mixto entre el CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid.
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