Zita forma parte del programa de intercambio de AFS Intercultura, una entidad sin ánimo de lucro que promueve la convivencia de estudiantes extranjeros con familias locales, tanto en España como en otros muchos países del mundo, con el objetivo “de crear una ciudadanía más global, abierta, diversa y multicultural”. Más allá de aprender un idioma, se trata de que estos jóvenes vivan una experiencia rica en valores como el respeto a otras costumbres y formas de convivencia, que se integren con sus nuevas familias, vayan al instituto y desarrollen todo tipo de actividades.
En la familia de Ana han recibido a Zita con los brazos abiertos. “Es encantadora, en ese aspecto hemos tenido mucha suerte. Entiende bastante bien el español y es tímida, pero ya se va soltando”, explica a MasVive. Estará con ellos hasta final de curso, hasta el 25 de junio, y hasta entonces está matriculada en el IES Diego Velázquez en 4º de la ESO, se ha apuntado a hacer kárate en Torrelodones, va a clase a diario en el autobús con el resto de hijos de Ana y es “una más de la familia”, asegura. Hasta se ha traído un libro de cocina suiza para cocinar con sus anfitriones platos de su país, y ha celebrado con ellos su decimosexto cumpleaños. Además, tienen previsto realizar excursiones para que conozca la Sierra de Guadarrama, Madrid, Segovia, Toledo…
“Hemos adaptado un poco nuestros horarios, pero se trata de que vea cómo vive una familia española normal”, asegura Ana, que tiene tres hijos de 19, 17 y 14 años de edad. Los dos mayores ya han hecho intercambios en el extranjero y dentro de poco lo hará la pequeña, aunque con Zita es la primera vez que la familia colabora con AFS, que han conocido por otras familias de Hoyo que han participado en los intercambios de esta ONG. Ana defiende este tipo de actividades, que asegura que les vienen muy bien a los jóvenes porque, más allá de que aprender otro idioma, les “espabila” y les ayuda a abrirse al mundo. “Regresan más maduros”, reconoce.
Como Zita, hasta España llegan cada año cerca de un centenar de jóvenes gracias a AFS Intercultura, el voluntariado y las familias anfitrionas, que acogen a los jóvenes de forma totalmente altruista. Al tiempo, desde España cientos de jóvenes viajan cada curso hasta cerca de 60 países de todo el mundo.
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