Según se recoge en el Bando de Alcaldía difundido por el Ayuntamiento, “la conveniencia o no de celebrar unas Fiestas tradicionales sigue sin estar clara debido a la pandemia que, aunque cada vez está más controlada, aún está presente entre nosotros”. Recuerdan que a estas alturas del año “es difícil prever cual será la situación en septiembre” y que la “prudencia” obliga a replantearse las fiestas “buscando alternativas que nos permitan disfrutar de las celebraciones sin poner en riesgo la salud de ninguno de nuestros vecinos y visitantes”.
“A día de hoy, conciertos, verbenas o festejos taurinos no son posibles o prudentes, además de requerir muchos meses de preparación”, explica el texto, que señala que los integrantes de la Comisión de Festejos han considerado que “no es juicioso comprometer el enorme esfuerzo que precisan para su preparación por parte de trabajadores y ciudadanos voluntarios, así como la repercusión que cualquier obligada cancelación de última hora tendría para las arcas municipales”.
Por eso, se han planteado “unas fiestas alternativas con actuaciones de aforo limitado, concluyendo que algunos de los eventos tradicionales en nuestras Fiestas sí podrán realizarse, respetando las medidas y protocolos COVID vigentes” y otros “serán sustituidos por otros en los que sea factible mantener aforos seguros”.
Además, anuncian que el presupuesto de las Fiestas que no se va a poder ejecutar se destinará a dos inversiones que tienen que ver con la Cultura: la renovación del escenario Cervantes, que ya tiene más de 30 años, y la segunda parte de la renovación de las butacas del Teatro Municipal Las Cigüeñas, que tienen ya más de 20 años de vida.
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