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Torrelodones, Las Rozas y Hoyo de Manzanares ponen en la gastronomía, la innovación y el turismo sostenible sus apuestas de futuro
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Torrelodones, Las Rozas y Hoyo de Manzanares ponen en la gastronomía, la innovación y el turismo sostenible sus apuestas de futuro

Por Mabel Cazorla
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¿Qué somos? Esta cuestión de índole filosófica se la han planteado muchos municipios, con mayor o menor intensidad, en el último año. ¿Para qué servimos? ¿Por qué atraemos? ¿Cómo podemos seguir generando actividad económica? Además de hacerse las preguntas, el que más y el que menos ha aprovechado el último año para ir dando pasos en una dirección concreta, con la vista puesta en ‘posicionar’ (ese término que utilizamos tanto últimamente y que le hemos tomado prestado al marketing) a sus municipios, hacerlos atractivos, atraer el dinero y, con él, la generación de empleo.

No hay recetas infalibles, lo que vale para Torrelodones puede no ser lo ideal para un municipio más grande, lo que tiene sentido en Hoyo de Manzanares no lo tendría en otra localidad más poblada, seguramente. No es lo mismo hablar de atracción económica para un municipio de 20.000 habitantes que para una ciudad como Las Rozas, con 100.000 vecinos y ubicada muy cerca de Madrid. Estas tres localidades tienen trazado, cada una a su manera, un plan diferente para responder a esas preguntas.

Torrelodones y la gastronomía

En Torrelodones, por ejemplo, han decidido explotar el posicionamiento de la localidad como destino gastronómico. Por eso, a finales del año pasado lanzaba el proyecto Smart Food City, un proyecto pionero “que por primera vez enfoca una estrategia alrededor de la gastronomía como eje transversal que activará las áreas social, económica, cultural, educativa y sanitaria de la vida del municipio”, explican, y que quiere promocionar Torrelodones como destino turístico y dar visibilidad no sólo a la hostelería y restauración locales, sino también al comercio de la localidad.

“Somos la primera ciudad en la que la gastronomía está en el centro y todos los demás agentes giran alrededor”, explica la concejala de Desarrollo Local, Toñy Mora. Se trata de un proyecto “solidario, saludable, sostenible y satisfactorio” que ya ha tenido sus primeras actividades, entre ellas un estudio de hábitos de consumo entre la población, un programa de talleres formativos de cocina para jóvenes como alternativa de ocio saludable, una iniciativa de menús saludables en la hostelería local y el proyecto de la ‘taza circular’ que fomenta, en colaboración con el Vaso Verde, la reutilización de los envases para llevar de las cafeterías. No olvidan tampoco el mensaje de concienciación a los vecinos sobre el consumo local, “de comprarle a tu vecino, de crear un sentido de pertenencia”.

“En Torrelodones tenemos un porcentaje de hosteleros muy grande y claro que nos transmiten que lo están pasando mal, pero el mensaje que les estamos trasladando nosotros es que tenemos que ir juntos, porque juntos somos más fuertes, y nos tenemos que ayudar unos a otros”, explica Mora, quien se muestra “satisfecha” de lo mucho que se está consiguiendo con este proyecto, pese a su corta andadura. “Se están creando sinergias y la visibilidad que le estamos dando a este proyecto está haciendo que se interesen incluso otros municipios. Eso es positivo, nos tenemos que creer nuestro pueblo”, asevera. “Poco a poco vamos viendo algo positivo, un hilo de luz, y en esa línea estamos. Juntos somos más fuertes”, concluye Mora.

Para el futuro hay muchas ideas encima de la mesa, que como todo en estos tiempos tienen que ir moldeándose y adaptándose a la situación de pandemia y a las exigencias de las autoridades sanitarias en cada momento. Valoran hacer rutas gastronómicas con algo equiparable a una Noche en Blanco, sacando el comercio a la calle, por ejemplo, o el crear ‘experiencias’ que combinen varias actividades en Torrelodones, como el turismo ambiental y la gastronomía. Se trata de fomentar el turismo de proximidad con propuestas de todo tipo, románticas, en familia…

Un primer efecto positivo de esta iniciativa del Smart Food City es que en Torrelodones se ha creado, por primera vez en su historia, una Asociación de Hosteleros, que ya aglutina a más de 40 de los cerca de 100 establecimientos hosteleros con los que cuenta la localidad. Su presidente es Diego Olmedilla, que no es hostelero pero sí presidente de la Federación de Cocineros de España y empresario del sector.

“Hasta ahora los hosteleros locales se veían muy competencia entre ellos, pero lo que tenemos que hacer es posicionar la gastronomía de la ciudad, generar tráfico y consumo, porque hay un objetivo común”, explica. Olmedilla defiende Torrelodones como un destino gastronómico de primer nivel y el papel de las empresas hosteleras para ‘tirar’ de la economía local y “crear experiencias nuevas al consumidor de Torrelodones”, señala. “Nos faltaba algo que nos definiera. A Torrelodones la gente viene a vivir tranquila, a disfrutar de su entorno y a comer”. De ahí que quieran explotar una estrategia que tiene como punto común la hostelería.

Tienen muchas ideas para desarrollar en los próximos meses, entre ellas una iniciativa que han bautizado como la ‘Burgertower’ y que buscará que todos los participantes ofrezcan algo que se convierta en una seña de identidad de Torrelodones: una hamburguesa de tres pisos, cada establecimiento con sus propia receta, que acabe asociándose con el municipio. También piensan ya en como dinamizar la Feria de la Tapa con nuevas propuestas y están pensando incluso en hacer un evento solidario al aire libre con un menú elaborado por los diferentes restaurantes de Torrelodones.

“Esta situación ha despertado el espíritu asociativo, la gente se da cuenta de que ir sólo a tocar a la puerta de las administraciones es muy complicado. Trabajar en red es muy positivo. Si trabajamos en red podemos crear un destino gastronómico brutal”, sentencia.

Las Rozas y la innovación

Hace ya bastante tiempo que Las Rozas trazó su hoja de ruta en una dirección muy concreta, la de posicionarse como un centro de atracción para empresas tecnológicas e innovadoras. La idea, cuenta el alcalde de Las Rozas, José de la Uz, surgió en un Congreso de directivos de grandes empresas españolas al que asistió la pasada legislatura. “Todos hablaban de la transformación tecnológica, de la revolución que venía, de que no nos pillara tarde como país, en mi caso pensaba en mi municipio… y me impresionó”. Aquello coincidió en el tiempo con varios encuentros con empresas tecnológicas de Las Rozas y con los triunfos de varios centros educativos de Las Rozas en torneos tecnológicos nacionales e internacionales.

Así se dieron cuenta de que tenían en Las Rozas la combinación perfecta: “un talento juvenil tremendo, muchos activos de autónomos, profesionales y directivos vinculados a la innovación y un gran parque empresarial, con más de 16.000 agentes que nos convierten en una de las 15 ciudades de España con más actividad económica”, explica.

Teniendo ya el ‘ecosistema’, en lo que se ha trabajado desde entonces es en identificar y juntar a unos con otros. Uno de los grandes objetivos es que “todos esos jóvenes, el día de mañana, tengan un itinerario dentro de Las Rozas, para poner en marcha sus proyectos de emprendimiento y sus carreras profesionales”.

No sólo se está creando un Hub para que los jóvenes de la localidad arranquen con sus ideas y startups, también se está incidiendo en la formación y el reciclaje para desempleados en materias tecnológicas, para las que hay una importante demanda de vacantes.

Además, se ha creado una empresa pública específica, Las Rozas Innova, con un Plan Estratégico a diez años con varias líneas de trabajo, entre ellas fomentar la innovación y que los vecinos puedan poner en marcha sus proyectos y utilizar Las Rozas como campo de pruebas de sus startups; lanzar retos para dar soluciones que necesita Las Rozas en materia de movilidad, sostenibilidad y gestión de la administración. Además, muy importante, está encargada de captar fondos a todos los niveles y de promocionar el municipio activamente para la captación de empresas. “Viene una etapa muy complicada y hay que estar en la carrera por posicionar Las Rozas y seguir atrayendo empresas. Hay mucha competencia”, asegura.

En este contexto, explica el alcalde, todo esto ya está dando sus frutos. Se acaba de mudar a las Rozas Vector, una gran empresa de ingeniería que desembarca en la localidad con una gran demanda de empleo. También trabajan con otras iniciativas empresariales a las que están acompañando para buscar suelo e instalarse en el municipio. “Las Rozas está tejiendo una red de alianzas muy importantes no sólo para ‘sonar’ en el mercado empresarial sino para efectivamente captar proyectos y que aniden”, explica.

Tampoco se descuida, defiende, el tejido empresarial local. De hecho, la primera iniciativa de Las Rozas Innova fue crear un marketplace para ayudar al comercio local, se han lanzado los cheques coworking, para apoyar a estos proyectos, y empiezan ahora su trabajo los ‘sherpas digitales’, un proyecto que acompañará a los comercios locales en su transformación digital de su negocio.

“No cabe duda de que la transformación digital abre muchas posibilidades. Lo que está copando el crecimiento y en lo que va haber un alucha en los próximos años es por atraer ese talento, por captarlo y retenerlo. Y en nuestro caso, por fomentarlo”, recuerda De la Uz. “Es una oportunidad de complementar el modelo productivo, una fuente de oportunidades”.

Hoyo y el turismo sostenible

Hoyo de Manzanares tiene en el medio ambiente su principal activo y también una de sus principales preocupaciones en los últimos tiempos. Por eso el principal objetivo de la localidad es fomentar un turismo sostenible, controlado, que no sólo disfrute de su entorno privilegiado sino “que recale en el pueblo y tenga un beneficio económico para los comerciantes, que no sólo se quede en las áreas recreativas cercanas”, explica el responsable de Turismo y Medio Ambiente municipal, José Antonio Herrera.

En ese sentido, la localidad trabaja en realizar propuestas que inviten a combinar el conocimiento del entorno y del casco urbano con el consumo en el municipio. Un activo muy importante es el yacimiento de La Cabilda, en el que desde 2005 han ido saliendo a la luz los restos de una aldea visigoda. Desde 2014 se realizan de forma anual excavaciones arqueológicas abiertas al público, en las que participan voluntarios, además de las habituales visitas guiadas, jornadas de puertas abiertas, conferencias, exposiciones y talleres relacionados con el yacimiento, que además tiene su propio mes cultural, el Noviembre Visigodo.

Además de las visitas al yacimiento, otro clásico en Hoyo de Manzanares son las rutas guiadas que se realizan en colaboración con la Asociación de Montañeros La Tortuga, rutas en grupos limitados, respetando toda la normativa COVID, que recorren lugares emblemáticos de Hoyo de Manzanares por su valor natural y patrimonial. Además, este año también han estrenado los Paseos Literarios, recuperando la huella del paso del escritor Camilo José Cela por Hoyo de Manzanares cuando, en 1942, estuvo internado varios meses en un sanatorio antituberculoso. Otra apuesta, explica José Antonio Herrera, es el Mercado Ecológico y Artesano que se celebra una vez al mes en el municipio. Pero en todas ellas, ahora mismo, prima el principio de prudencia.

Eso no quiere decir que no haya más proyectos en el horizonte. Entre ellos está el de recuperar los antiguos decorados de Golden City. “Hace un tiempo la Comunidad de Madrid sacó una guía de municipios de la Sierra en los que se habían rodado películas, y quería reactivar este turismo relacionado con las películas, más cultural y especializado. Estamos trabajando en esa línea”, explica Herrera, “con la creación además de un documental relacionado con la creación de estos decorados”.

También hay una oportunidad importante en la inclusión de Hoyo de Manzanares en el proyecto Arco Verde de la Comunidad de Madrid. Este corredor verde que se quiere construir alrededor de toda la ciudad de Madrid afecta de lleno a Hoyo, “porque recorre gran parte del término municipal”, explica el edil de Medio Ambiente. “Además han designado varias zonas de gran valor ambiental, como La Cabilda, las charcas de los Camorchos, y los humedales del Parque de la Tirolina de La Berzosa. La idea es fomentar el turismo ambiental, de observación de aves, anfibios, que es un tipo de turismo también muy interesante”.

“Estamos contenidos porque la situación actual tampoco permite euforias. Sabemos por experiencia que cuanta más gente atraigas, más riesgo hay”, explica José Antonio Herrera. “Por eso hay que hacerlo todo con muchísimo cuidado, ya nos gustaría. Tenemos listas de espera para las vistas al yacimiento, para las visitas guiadas… hay que hacerlo con cierta mesura para evitar problemas”.

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