Los integrantes del grupo, de origen rumano y siempre actuaban de la misma manera. Cometían sus robos al atardecer. Dos de ellos eran los encargados de entrar en chalets aislados situados en pequeñas poblaciones de la Sierra, violentando los cierres de ventanas y puertas de la planta baja, y se hacían en pocos minutos con objetos de pequeño tamaño y fácilmente transportables: dinero, joyas, relojería y material electrónico e informático. El tercero se encargaba de guardar los efectos sustraídos en su domicilio, para posteriormente darle salida en el mercado de segunda mano.
Los registros y detenciones se produjeron a finales de enero. Se realizaron dos entradas y registro en viviendas de Móstoles, donde se hallaron gran cantidad de joyas, relojes, material informático, electrónico y herramientas utilizadas para forzar y violentar los cierres, así como el vehículo con el que se desplazaban para cometer los ilícitos.
Los tres detenidos, dos hombres y una mujer, tienen entre 36 y 54 de edad. Cuentan con antecedentes relacionados con delitos contra el patrimonio y en esta ocasión se les imputan delitos de robo con fuerza y pertenencia a grupo criminal.