En su petición, los firmantes denuncian que se está ejecutando “un parking de autobuses y coches, la demolición de una finca abandonada, la Talaverona, donde se edificaría un aula explicativa, un espacio para el almacenamiento de materiales, un segundo parking para los empleados, las correspondiente vías de acceso para el tráfico rodado y un área para huertos urbanos”, y aseguran que “no es lógico talar árboles de esta Dehesa” para ejecutar un proyecto así.
“El proyecto es totalmente innecesario”, asegura una de las vecinas de la zona, Pilar, a MasVive. “Lo único que se salvan son los huertos urbanos, que son eso, urbanos, no me los meta en la Dehesa”, resume. Esta vecina participó en una reunión a finales de julio en el terreno con el concejal de Medio Ambiente, Jaime Santamarta, a la que asistieron vecinos preocupados por el proyecto y representantes de varias formaciones políticas, y en la que se le pidieron al Consistorio los planos del proyecto.
En este sentido, desde los grupos de la oposición en el Ayuntamiento también se ha pedido al Ejecutivo “transparencia” sobre la actuación. Piden “un compromiso firme con las demandas de los vecinos” desde el PSOE e “información pública transparente sobre las obras, el proyecto de gestión posterior y los servicios que se van a prestar”, señalan desde Unidas por Las Rozas.
Por su parte, los vecinos quieren que el proyecto “se acote a la finca degradada original” y que no se pierdan “3.000 metros cuadrados de Dehesa”. Tampoco quieren “coches, autobuses, aparcamientos o tráfico rodado en nuestro pulmón verde” y, sobre todo, piden “que paren las excavadoras y hablar con el Ayuntamiento” porque, aseguran, “nos está ignorando”.
La oposición al proyecto ha generado la creación de una Plataforma Vecinal #SOSNavalcarbón, que ha convocado una concentración para el domingo 12 de septiembre, a partir de las 12.00 horas, frente al Ayuntamiento, bajo el lema ‘Huertos si, pero no así’, a la que se han sumado las asociaciones AMMER, El Pueblo Que Queremos y La Encina.
El portavoz de la Plataforma, Pablo Gómez, ha recalcado que el colectivo no está en contra del proyecto de rehabilitación de la Talaverona, “nos oponemos a su ampliación, que supone privar a los roceños del disfrute de otra parte importante de la Dehesa y que da licencia al Ayuntamiento para construir nuevos edificios que pueden ser la puerta a otras futuras amenazas a este entorno natural.
Proyecto medioambiental de largo recorrido
Por su parte, Jaime Santamarta ha explicado a MasVive que este es “un proyecto con un largo recorrido” que no se ejecuta de una vez y “acabará en unos años” y que responde a “un movimiento social bastante amplio” que lleva años pidiendo huertos urbanos en la localidad. El proyecto, que está financiado con Fondos FEDER y cuenta con la autorización de la Comunidad de Madrid, incluye huertos urbanos, un centro de interpretación de la naturaleza, un arboreto, un vivero y un aula de naturaleza. El presupuesto de esta primera fase es de 714.178,27 euros
El edil, que explica que “La Talaverona es una parcela distinta de la Dehesa”, con referencia catastral distinta, asegura que se escucha a los vecinos y que el proyecto original “se ha reconfigurado” cambiando algunos aspectos del mismo, como eliminar “un apéndice” que afectaba a una pista forestal de la Dehesa. También se ha comprometido a que no se va a construir el aparcamiento previsto.
En esta primera fase, ha explicado el concejal, se está ejecutando la infraestructura civil de este proyecto, se ampliará el vallado y se ejecutarán los huertos urbanos. En una segunda fase se rehabilitarán los edificios de la finca, que se encontraba “muy degradada”, asegura. En cualquier caso, asegura, este espacio siempre será una zona verde, “ni se recalificará ni se privatizará” y se muestra convencido de que “el tiempo pondrá las cosas en su sitio” cuando los vecinos vean el resultado de las actuaciones.
Una vez terminada la primera fase, previsiblemente este otoño, la zona contará con 79 huertos, cinco de los cuales se destinarán al programa de Educación Ambiental del Ayuntamiento y el resto se pondrán a disposición de los vecinos.
Los huertos se diferencian en dos tipologías: 66 huertos individuales o para familias que consisten en elementos prefabricados en altura, de modo que personas mayores o con discapacidad también puedan hacer uso de los mismos, en lugar de tener que hacer plantación directa sobre terreno. Y 8 huertos colectivos sobre el terreno. “Todos los itinerarios de circulación de personas se han diseñado cumpliendo con el código técnico en su apartado de accesibilidad para que todas las zonas de los huertos sean accesibles a través de rampas”, indican.
Los propios huertos contarán con un sistema que recoge las aguas infiltradas para que, a través de un sencillo bombeo manual, pueda reutilizarse junto con el arrastre de nitratos de vuelta al huerto. Además, el proyecto recuperará una antigua piscina disponible en la parcela para convertirla en aljibe y distribuir el agua a los huertos. Este aljibe se nutrirá de las aguas blancas de todo el complejo, que serán recogidas por un digestor ubicado en la parte más baja de la finca, filtradas mediante gravas y recirculadas al aljibe para su posterior distribución a los huertos.
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