El detenido, un hombre español de 46 años de edad, sin antecedentes, aprovechaba su condición de repartidor de gas butano para seleccionar a sus víctimas y estudiar el lugar donde cometer robos o hurtos, en muchos de los cuales empleaba la violencia. Hasta el momento se le relaciona con cinco hurtos y robos, cuatro en locales hosteleros y uno en una vivienda en la que también repartía de manera habitual las bombonas de butano.
La investigación se inició, según ha explicado la Guardia Civil en un comunicado, tras el aviso de una empleada de un local de restauración, que alertó de un robo con violencia sufrido en el establecimiento. Tras la inspección ocular y el visionado de imágenes de cámaras de seguridad, los agentes realizaron un perfil con las características físicas del posible autor. De forma paralela, comenzaron un estudio con la finalidad de localizar hechos que tuvieran un 'modus operandi' similar y así poder identificar al posible autor.
El detenido aprovechaba el descuido de sus víctimas para sustraerles las carteras, abusando de la confianza generada por su condición de repartidor habitual de gas butano, pero también se le atribuyen dos hechos donde accedió por la fuerza a los locales para sustraer el dinero de las cajas registradoras.
Si (
No(
