En abril de 2024 se detectó que este Abies pinsapo, de más de 100 años de antigüedad, no estaba brotando adecuadamente, por lo que se procedió a analizar el suelo del parterre donde se halla. Uno de los problemas, según los análisis, radica en el suelo donde está plantado, y tampoco se descarta que el árbol haya sufrido el ataque de un hongo debilitante.
“Para intentar frenar el avance de la enfermedad, se le sometió a la poda de las ramas más altas que estaban secas, se entrecavó el suelo con motoazada para favorecer la filtración de agua y se estableció un programa de riego con manguera durante todo el verano. A pesar de ello, su evolución le ha llevado a ser más sensible a las condiciones ambientales y a otros patógenos, comprometiendo su viabilidad”, explican desde el Ayuntamiento.
Pero los servicios de Medio Ambiente no cejan en su empeño de garantizar la supervivencia del árbol. Actualmente se le está proporcionando un nuevo tratamiento, que consiste en la descompactación del terreno circundante y el aporte de tierra nueva y abono, para mejorar la “alimentación” del ejemplar. Además, se ha instalado una tubería de drenaje para evitar encharcamientos en las raíces y se ha aplicado un tratamiento estimulante del crecimiento de las raíces.