La caída de tres cedros que se mantenían en el lateral de la parcela en la que se está construyendo un nuevo supermercado en La Colonia ha añadido una nueva polémica a esta obra, que comenzó en el mes de agosto en una finca de casi 4.500 metros cuadrados entre el paseo Andrés Vergara y la vía principal de la Colonia Jesusa Lara. La finca contaba con numeroso arbolado, entre ellos antiguos cedros, que han ido desapareciendo a medida que han avanzado las obras.
Lo que más ha sorprendido a los vecinos es que los árboles que se habían mantenido también se perdieron a comienzos de enero: dos se cayeron por el viento y en el tercero tuvieron que intervenir los bomberos por motivos de seguridad ante su inminente desplome.
El concejal de urbanismo, Medio Ambiente y Obras, Santiago Fernández explica a Mas Vive que “ha sido un desastre y estamos contemplando la posibilidad de sancionar por el incumplimiento de lo que se había propuesto”. Sin embargo, apunta que “una parcela urbana privada con todos los derechos de edificación, tiene por ley de la Comunidad de Madrid el permiso de cortar los árboles que quiera con la obligación de compensar replantando en otra parte del municipio”. En concreto son diez árboles por cada año del árbol talado. Fernández explica que, no obstante, el promotor expresó la intención de mantener los ejemplares que quedaban a la entrada para conservarlos en el paisaje. Sin embargo cree que “lo que ha podido ocurrir es la descoordinación entre esta intención y la gestión de las obras. Se han cortado las raíces dejando un tocón pequeño y los árboles se han ido cayendo”.
Consejo de Medio Ambiente
Una de las expresiones que se escucharon en la última reunión del Consejo Medioambiental el pasado lunes 11 de enero fue “una sensación de estafa por la poca voluntad del promotor por mantener los ejemplares”. También se lamentó que no hubiera protección para árboles de gran porte de antigüedad, aunque el concejal subrayó que depende de la normativa regional, a lo que se añade la falta de competencias del Ayuntamiento cuando en este caso son además propiedades privadas. El Consejo decidió dirigir un escrito al promotor para dar a conocer este malestar y apoyando la solicitud del Gobierno local, que quiere que la propiedad presente un Plan para recomponer la vegetación y que ésta oculte en parte la estructura del edificio.
Santiago Fernández asegura que “no nos parece ni el proyecto más ideal, ni nos gusta el tipo de edificación ni la forma en cómo se han hecho las cosas”. Recuerda que apoyaron como grupo político a Galbeño cuando se propuso una modificación en las normas subsidiarias para que se hubiera construido en esa parcela una plaza con edificios y aparcamiento subterráneo. Pero señala que “la Comunidad de Madrid lo bloqueó y tiempo después el propietario terminó vendiendo el terreno”.
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