Mucho más que un Club de Rugby

Algo que los entrenadores del Club se esfuerzan por transmitir a todos sus alumnos, sobre todo a los más pequeños -tienen niños y niñas desde los cinco años entrenando-. Eso sin olvidar lo más importante: que se diviertan.

Covadonga Torres Rodrigo Bernal y María Rivera, Gustavo Bernáez y Miguel Olías, han sido los artífices del Club. Su base de operaciones la tienen en el campo de fútbol del Polideportivo. Ahora que acaba de comenzar la Copa del Mundo de Rugby es un buen momento para acercarse a este “deporte de villanos jugado por caballeros” que tantas pasiones levanta fuera de nuestro país y que todavía tiene que ‘cuajar’ entre los españoles. Algo que en Torrelodones ya está haciendo.

“Más que un deporte es un estilo de vida, empiezas y ya no puedes dejarlo nunca”, afirma categórica Covadonga Torres, que nos acompaña a ver uno de los entrenamientos. La Escuela finalizó el curso pasado con 60 licencias y este año, además de repetir todos, han recibido “cantidad” de peticiones de alta, con lo que calculan que podrían acabar con entre 90 y 100 alumnos, sólo entre los menores de 18 años. Casi todos son de Torrelodones, algunos de localidades vecinas, y tienen incluso hijos de ingleses e irlandeses “porque allí se lleva mucho más este deporte y en cuanto ven que en Torrelodones tenemos este deporte, les apuntan”. Defiende que han conseguido llenar un hueco en una oferta deportiva claramente dominada por el fútbol y el baloncesto. “En el momento que se ha visto un deporte en equipo, al aire libre y barato, la gente se ha animado”.

Una de sus principales obsesiones es hacer caer barreras invisibles y animar a más y más niñas a practicar este deporte que, defiende, no es tan fiero como lo pintan. “Se cree que el Rugby es un deporte de contacto en el que la gente sólo se pega, pero no es así. Tiene un hueco para todo tipo de personas, ya seas grande o delgado, lento o rápido, se supone que cualquier posición o cualquier tipo vale”. Tienen equipo de chicas, unas 20 total, y jugadoras en la Escuela pero no han podido crear equipos infantiles femeninos, así que juegan en la modalidad mixta.

Lo que necesita el Club.

Un crecimiento tan rápido implica no pocos problemas para el Club. El año pasado llegaron a hacer equipos hasta categoría sub-12 y este año ya tienen un equipo de sub-14 y quieren montar otro de sub-16 “pero el problema es que no tenemos campo, lo necesitamos ya”. Esto supone todo un hándicap sobre todo a la hora de participar en la Liga regular. Algo que por el momento podrían solucionar yendo a entrenar a Colmenarejo, que tiene campo de rugby pero no equipo desde que se disolvió el club local. “Vamos a hacer un convenio con ellos y nos ceden el campo hasta que construyan el de Torrelodones” que está proyectado en el AHS.

Viendo un entrenamiento cualquiera se entiende la afirmación de Covadonga. El campo de fútbol que utilizan se divide en espacios para cada categoría y dependiendo del número de jugadores, la sensación es que se van a acabar mezclando todos. Además, reconoce la entrenadora, el césped artificial, reciclado del Julián Ariza, no está en las mejores condiciones para el entrenamiento, así que este año por el momento los chavales tienen que entrenar en zapatillas deportivas en vez de con las botas de tacos reglamentarias “para no hacerse daño”.

Eso no les quita ni una pizca de entusiasmo. “Queremos hacer muchas cosas y para eso necesitamos dinero”. Sólo inscribir al equipo senior en competición cuesta 1.500 euros, más 180 euros por cada jugador para la ficha federativa con seguro médico. Así que piden es patrocinadores. Por el momento, en las camisetas sólo lucen el logotipo de Chilhood Smile, la ONG de Carlos Llano, con la que colaboran. También necesitan entrenadores, porque cada vez son más jugadores y siempre hacen falta. Para colaborar económicamente con el Club también buscan socios, que aunque no jueguen colaboran con una cuota anual -40 euros-. Además, tienen en proyecto crear un bar asociado al Club, que estará en el Pueblo, en el que se podrán ver partidos por televisión y que les servirá de centro de operaciones y reunión, para celebrar los “terceros tiempos” y conseguir otra fuente de financiación.

Se definen como “una pequeña gran familia”, algo que se puede comprobar en cualquier entrenamiento, en el que los padres asisten orgullosos a la progresión de sus hijos, y al hecho de que algunos padres se hayan apuntado al equipo senior para acompañarles. “Están todos muy implicados”,presume Covadonga. Si quieren saber más de ellos pueden visitarwww.torrerugby.com.