Correos en La Colonia

Parece que el argumento de que “las cosas de palacio van despacio” se viene aplicando a rajatabla por el organismo de Correos y Telégrafos. Los vecinos de Torrelodones siempre han utilizado dos oficinas de atención al público. Una en El Pueblo y otra en La Colonia. Pero desde que el organismo creyó rentable unificar en una sola oficina todos los servicios, quien ha sufrido las consecuencias es el vecindario, que desde hace siete meses sólo dispone de una instalación, con lo que lleva de molesto para los inquilinos de La Colonia acercarse hasta la calle Los Ángeles, donde no hay manera de aparcar siquiera los siete minutos que se necesitan para cualquier gestión.

Ya sabemos que desde que el también vecino José Barrionuevo se hiciera cargo del ministerio, las cosas cambiaron en esa institución hasta el descrédito más absoluto. El reparto de correspondencia comenzó a ser un verdadero desastre y aún hoy son muchas las empresas damnificadas por el deterioro evidente del servicio. Se decidió rentabilizar una entidad que se decía pública, tomándose medidas que favorecieron la entrada en España de todas esas “courrier”, o empresas de mensajeros que pululan por las calles con sus ciclomotores, sus empleos basura y un coste elevadísimo, pero que ante la falta de diligencia de Correos se ha hecho imprescindible para el transporte de documentos.

Mucho nos tememos que las razones de rentabilidad primen sobre las razones sociales y que los directivos se hagan el sueco como ya lo vienen haciendo con otras protestas y denuncias de usuarios. Si no hay presión política, si no hay presión social, como siempre, no moverán un dedo. Tienen el sillón asegurado por lo menos dos años más y Torrelodones, los vecinos de La Colonia, no les van a mover la silla.

Pasa lo mismo con los responsables que debieron autorizar el dichoso aparcamiento en la estación ferroviaria. Parece que este gobierno pasa de tomar una medida que pueda favorecer a un ayuntamiento gobernado por su enemigo político.