Nuestros parques

Es costumbre, en las zonas del sur, claro, que los parques se construyan para ser inaugurados en periodo electoral y luego se abandonan. La desidia municipal y una población escasamente educada hacen el resto. Esto último es lo que se vive en muchos municipios andaluces, por ejemplo, donde reina la demagogia y la ciudadanía, en una gran mayoría, vive agradecida de la subvención oficial.

No es lo que ocurre en el llamado norte de España, y menos en el norte de Madrid. Noroeste en este caso. Torrelodones, a diferencia de otros muchos municipios, tiene varios parques que tanto los vecinos como el Ayuntamiento deberían mimar. El clima coopera lo suficiente para que el arbolado se mantenga. Pero algo falla cuando vemos mobiliario destrozado y no repuesto, pistas de patinaje que no han sido reparadas desde hace bastante años, y que pueden convertirse en peligrosas para los que practican ese deporte, columpios y bancos destrozados… Este municipio presume de tener un alto nivel cultural en su población, escasa en inmigración y con un poder adquisitivo superior a la media madrileña. Debería estar en consonancia con el respeto al medio ambiente y alguien tiene que decirle al ciudadano que cuide sus parques, y al Ayuntamiento que repare los desperfectos cuanto antes. Además, la Policía Municipal quizá debería mostrar más celo y buscar a los gamberros que pintan las rocas y las señales de tráfico, se divierten rompiendo los cristales del mobiliario urbano de las paradas del autobús, y dejan botellas y cristales rotos los fines de semana siempre en el mismo lugar. Algo hay que hacer.