La actuación ha incluido la regeneración de 22 frentes de canteras y nueve hectáreas forestales ubicadas en dos montes de gran valor ambiental, propiedad municipal, que están cubiertos en gran parte por encinares y con alguna zona de pinar. El granito extraído en la zona se utilizó en la construcción de numerosos edificios a mediados del siglo XX. Hoy la actividad cantera es residual, por lo que el proyecto ha buscado restaurar el paisaje y la biodiversidad.
La zona, además, está incluida en el Espacio Protegido Red Natura 2000 Zona de Especial Conservación ZEC Cuenca del río Manzanares, así como en las zonas de transición de la Sierra de Guadarrama y la Reserva de la Biosfera de la Cuenca Alta de los ríos Manzanares, Lozoya y Guadarrama.
Devolver el espacio a la naturaleza
Las actuaciones se han desarrollado a lo largo de siete meses y han estado financiadas con fondos Next Generation. Han contado con la colaboración del grupo de Restauración Geomorfológica de la Facultad de Ciencias Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid.
En los antiguos lugares de extracción inundados se han conservado las láminas de agua, donde han encontrado un refugio anfibios e insectos. El proyecto también ha contemplado la adecuación para la vida de murciélagos, la erradicación de especies exóticas invasoras, la construcción de berrocales para pequeños animales y la creación de nuevos puntos de agua.
La actuación ha generado controversia en Alpedrete, con vecinos que se han mostrado contrarios a la intervención, que ha incluido el tapado de algunas de las canteras, y que han recogido firmas en su contra. A este respecto, Carlos Novillo ha asegurado que “todo el mundo puede estar tranquilo, han estado los técnicos de la Consejería y de la Universidad Detrás para hacerlo en las mejores condiciones y, bueno, a los hechos me remito, solo hay que ver un poco la transformación que ha sufrido”, ha señalado durante la visita.
El espacio objeto de la actuación se utiliza actualmente para usos compatibles como la ganadería o el ocio. Para ello, se ha señalizado un itinerario para que los visitantes puedan pasear, con información sobre los valores ecológicos y la tradición de cantería en la que se sustentó durante años la economía local. En el ámbito científico se han mantenido frentes de explotación para permitir posteriores estudios sobre el origen de las rocas de muchas viviendas construidas en la zona.
El de Alpedrete es uno de los cuatro emplazamientos mineros sin actividad en la región que van a ser restaurados en los próximos tres años con una inversión del Gobierno regional de 1,68 millones de euros. Entre ellos está, además, la Dehesa de la Golondrina en Navacerrada.