La actuación ha supuesto una inversión de 105.747 euros, de los cuales 69.212 euros han sido financiados por la Comunidad de Madrid a través de las ayudas para la adaptación al cambio climático. El proyecto ha contado con el asesoramiento científico y técnico del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).
El sistema recoge el agua de lluvia de las cubiertas de los cinco edificios de la finca, del ágora y de los caminos con zanjas drenantes. Esta agua es canalizada mediante colectores hasta una balsa de acumulación, donde se somete a un doble proceso de filtrado: primero mediante una arqueta de desbaste y después a través de un filtro verde.
Desde la balsa, el agua se traslada a un depósito de almacenamiento de 7 metros cúbicos, dotado de medidor de nivel, y desde allí se impulsa hasta un aljibe, desde donde se distribuye para el riego. El sistema puede funcionar tanto con energía eléctrica convencional como de manera autónoma mediante un sistema de placas fotovoltaicas. Se han instalado 12 depósitos de 1.000 litros en el interior del aljibe, así como un contador de salida y un sistema de medición que comunica los volúmenes de agua utilizados a la Confederación Hidrográfica del Tajo.