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Opinión

09/07/2015@10:38:25
Como decía José Bono, el ex ministro de Defensa, cuando le preguntaron en el dos mil uno que opinaba del Gal, "que cada palo aguante su vela", y que también repitió María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP sobre la corrupción en su partido, nos toca recordárselo a la troika europea. O a todos los que han dejado, prestado, dinero a los Griegos.

Ya caímos en una depresión económica motivado por las famosas subprime, créditos hipotecarios a personas que no podían devolver el dinero prestado. Aún así, las entidades bancarias se dedicaron a dar esos créditos de forma temeraria, provocando un caos económico que se llevó por delante muchas empresas, muchas entidades bancarias, y mucho dolor en familias que se vieron, de un día para otro, empobrecidas. Y mucha culpa la tuvieron, aparte de las entidades reguladoras en cada país, como el Banco de España en nuestro caso, las famosas clasificadoras. Esas que un día te indicaban que era bueno invertir en tal entidad porque sus índices así lo aconsejaban y al día siguiente no sabían donde esconderse tras al batacazo en bolsa al descubrirse que todo era una pirámide de estafas.

Si las subprime fueron responsabilidad de banqueros y entidades calificadoras sin escrúpulos que se beneficiaron de las comisiones, a millones, por dar esos créditos, ahora tenemos el problema de que a Grecia se le han prestado, de una forma u otra, doscientos cincuenta mil millones de euros. Y los griegos se han dedicado a vivir sin dar palo al agua, con jubilaciones a los 55 años, un nivel de funcionarios desprovisto de lógica, gasto militar mayor que España, y mil y una picarescas. El caso es que nunca debieron entrar en el club del euro. Y fue la auditora Deloitte quien certificó que cumplían los requisitos. Vamos, que el gobierno de Grecia pagó a Deloitte para que falseara las cuentas y diera un informe favorable.

Pues que cada palo aguante su vela, como bien describe José Gella Iturriaga en El Refranero del Mar (1944). Que las autoridades de esos créditos temerarios a Grecia entiendan que han tirado el dinero que nunca podrá ser devuelto. Que se pidan responsabilidades a los que decidieron prestar a la insolvente Grecia. Y que se pidan responsabilidades millonarias, incluso que se clausure y envíen a la cárcel a los responsables de Deloitte que falsearon a propósito la auditoría al país heleno para su entrada en el Euro.


Si, así de real será el futuro que viene. Y está más próximo de lo que nos creemos. Nada de esperar una generación. Ya no. En Dinamarca el próximo año desaparecerá el dinero para casi todo y sólo se podrán utilizar tarjetas y transferencias.

Y tras dicha experiencia seguro que seguirán otros países hasta que la medida abarque a toda Europa. No sólo se ahorrarán un pastón en la fabricación, distribución, reposición de papel moneda, sino que controlarán todos los flujos y quizá acaben con el tráfico de la droga, de la prostitución y quizá con parte de la corrupción. En Islandia ya hace cinco años que no hace falta cambiar euros por coronas. Todo se paga con tarjeta. Hasta la tienda de golosinas te pone la terminal en tus narices para que insertes la tarjeta.

Pero no sólo habrá ese cambio. Apple, Google y Microsoft sustituirán a las compañías tradicionales de telefonía. En parte ya casi se han eliminado muchos servicios que antes, obligatoriamente, realizábamos con Telefónica, con Vodafone... Las conferencias internacionales, incluso videoconferencia, se hacen por Skype, por FaceTime desde dispositivos de Apple. Y gratis, cuando antes nos gastábamos un pastón en llamadas, apurando los minutos para ahorrar. Y lo de la mensajería, pues tres cuartos. El SMS está prácticamente amortizado. Las telecos ganaron millonadas hasta que sistemas como wasap lo sustituyeron, gratis.

Pero lo próximo es que los dispositivos, Apple el primero, lleven su propio chip incorporado y podremos elegir compañía y tarifa sin necesidad del abusivo roaming que las autoridades europeas no tienen cojones de eliminar. No se atreven ya que los lobie's de las telecos hacen bien su trabajo dando prebendas a políticos que colocan en sus consejos de administración cuando dejan de formar parte del gobierno de turno. Eduardo Zaplana, Rodrigo Rato, por ejemplo...

Y Google también hará lo propio, ofreciendo llamadas telefónicas, televisión, cine. Por supuesto que al final las telecos tradicionales sucumbirán porque no se le pueden poder puertas al campo y lo que ahora hacen en exclusiva terminará. Como terminarán las entidades bancarias que serán suplidas por sistemas informáticos en internet que hagan el trabajo de los bancos con cuotas más baratas. Por supuesto que habrá resistencias. Las llamadas puertas giratorias están para eso. Para que los gobernantes no legislen normas que les saquen del sistema.

Igual que el bitcoin ya está siendo una realidad, el famoso crowdfunding está posibilitando financiación de muchas nuevas empresas, llegará un momento que prestadores y demandantes se pongan de acuerdo mediante programas informáticos que eliminen a la tradicional entidad bancaria. Si, esa entidad que influye, que coloca a ex-ministros en sus consejos de administración, que compra medios informativos para asegurarse una opinión no desfavorable a sus prácticas, a su lavado de dinero negro del crimen, a apoyar al gobierno que le ayuda...

Y es que Apple, la empresa con más capitalización del mundo, ya tiene en los nuevo iPhone el sistema de pago. Solo falta que poco a poco sustituya las tarjetas Visa, Master Card, American Express por su dispositivo y el siguiente paso será ofrecer crédito y quien sabe qué.

Telecos y bancos lo tienen crudo. El futuro está a la vuelta de la esquina.

El gobierno de Grecia acaba de congelar unos ciento cincuenta mil millones de euros depositados en los bancos por empresas y ciudadanos griegos. La que se va a liar es morrocotuda. No se si como en aquella Argentina presidida por Fernando de la Rua que, un día de diciembre del 2001 hizo pobres a millones de ciudadanos de clase media que, hasta esa fecha, vivían como reyes ya que diez años antes otro presidente iluminado, Carlos Ménem, dolarizó el Austral. El conflicto duró varios años donde era habitual ver a señores con corbata buscar alimento en contenedores...

Lo que no todos conocen es que la víspera del inicio del corralito, salieron cientos de vehículos blindados cargados de miles de millones de dólares de personajes ricos y políticos a los que se les filtró la medida para que pusieran a buen recaudo sus fortunas.

Desconozco, aunque imagino que también, los ricos de Grecia, los políticos informados, hace semanas que se llevaron sus euros a un lugar seguro. Porque desde hacía meses que comerciales de entidades bancarias especializadas ya visitaban a posibles clientes ofreciéndoles salidas y opacidad para sus capitales fuera de Grecia. La consecuencia es que esto empobrece aún más a una clase media griega, que no a sus dirigentes, que no a los ricos. Entre otras cosas, porque los armadores siempre tuvieron sus fortunas en paraísos fiscales, como los ricos de todo el mundo, claro.

Aquello se llevó por delante al gobierno de la Rua, y hasta que llegó Ernesto Kirchner, que pareció enderezar la situación, todo fue un caos. Como seguro ocurrirá, ya ha empezado, en esta Grecia que entró en el Euro haciendo trampas y gastando dinero prestado como si no hubiera que devolverlo jamás.


Siendo rigurosos hay que aplaudir el mérito del ex ministro José Bono al revelar en su segundo libro cientos de asuntos que han sido ocultados a los españoles. Porque de la jugosa lectura del libro "Diario de un ministro" que nos narra día a día sus conversaciones, sus pensamientos, sus decisiones, sacamos varias conclusiones.

A parte del método utilizado para conseguir textualmente dichas conversaciones, de las que se da cumplida cuenta en el artículo que publica mil21.es, es interesantísimo conocer desde dentro las decisiones que se tomaron en la etapa de Rodríguez Zapatero. Sobre todo hay que conocer como se llevó a cabo la negociación del estatuto de Cataluña, que Bono insistía que era una ventana al secesionismo y que él, como ministro de Defensa, no estaba nada de acuerdo. Anunció a quien quería escucharle que se marcharía del gobierno antes de que se aprobara un estatuto con el que estaba totalmente en contra y avisaba, como otros ministros, de que era un error.

En las páginas del libro se describen, con la claridad que caracteriza al autor y político, las interioridades de un gobierno que cede ante los nacionalistas, las negociaciones de Alfredo Pérez Rubalcaba que fue quien lo llevó a cabo, así como las maniobras de María Teresa Fernández de la Vega para que no se debatiera.

Es una pena que conozcamos ahora, y no en su fecha, las propuestas de Maragall, de Artur Más pidiendo más dinero a cambio de no seguir la senda independentista, todo lo del tres por ciento que venían cobrando, desde siempre, los de Convergencia a las empresas que hacían negocios en Cataluña. La historia que conocemos es la que en su día se filtró a los periódicos, que no era la real. Como todas las intentonas de proclamas de militares que se manifestaban contrarios al estatuto catalán.

No hay que leer el libro para estar de acuerdo de que José Bono fue un buen ministro de Defensa. Ejerció un cargo que le iba como anillo al dedo y fue leal en casi todas sus actuaciones. Frenó al mismísimo Rey Juan Carlos en muchas de sus interferencias y al sentirse respaldado por el Presidente del Gobierno, por Zapatero, actuó con completa independencia y patriotismo. Otra cosa son sus negocios, su fortuna y demás asuntos.

El libro es una aportación a la reciente historia del gobierno de Rodríguez Zapatero cuya verdad la conocemos ahora, que no en su día.

La detención en Suiza de ocho directivos de la FIFA no debe sorprendernos. En todos los deportes hay apuestas, y maletines que van y vienen. Como en todos los negocios. En España sabemos que las categorías se negocian con dinero de por medio entre presidentes. Y muchas más cosas que no publican ni Marca, ni As, porque no convienen, claro.

Creo haberlo contado alguna vez en mis artículos. Pero hace años, muchos años, un joven presidente de un equipo provincial de fútbol andaluz me contaba los ofrecimientos de los presidentes de otros clubs, maletita de millones de por medio, para amañar algún que otro partido. No se si por medio estaban las mafias de las apuestas, o si era por el purito de sumar puntos. Lo que si me dejó con esa desazón, con esa sensación de que todo era posible, es cuando me aseguró que tenía claro que a los jugadores también les sobornaban para que en un determinado partido no jugaran lo bien que pueden y, dejarse ganar por el contrario. Y eso no lo podía controlar el presidente. Podía sospechar, pero no tenía claro que el pasado domingo el portero tuvo mala suerte y le colaron dos goles que debía haber evitado.

Está claro que no sólo son los constructores, los empresarios de servicios públicos, los que sobornan a concejales, partidos políticos para beneficio de su empresa. Parece que la corrupción es lo que siempre ha existido, como la prostitución, que por más que la persigan algunos gobiernos no hay manera de evitarla. Es la sociedad la que soborna, la que compra, la que intenta el atajo para beneficiarse, para enriquecerse y no le importa si es ilícitamente. Sólo al que cogen con el carrito del helado, como al político que sorprenden, lo crucifican para dar ejemplo. En un puro acto hipócrita porque todos saben que la corrupción está generalizada.

Me temo que estos ocho directivos de la FIFA detenidos en Suiza no son los únicos que se lo llevan crudo. Son los que Estados Unidos ha señalado, pero si se tira, que no se hará, del hilo se desenreda el ovillo, que dice el refrán. Pero no sufran, que no hay interés en tirar y descubrir la mentira que rodea el deporte profesional. Como hay interés en que se tape la corrupción en la política profesional. Por supuesto.

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Los de Podemos llevaban despotricando contra la llamada casta política tantas veces que nos lo creímos. Nos creímos que estos jóvenes políticos procedentes de la Complutense, si llegaban al poder, si pisaban moqueta, darían el ejemplo que nuestros mayores, pesoe y pepé, no han sabido dar. Durante años ha primado el enchufismo, el amigismo, la familia, antes que la excelencia. Y así nos ha ido. Muy mal.

Pues a la primera, zas. En Madrid situando a impresentables en las concejalías, y en Barcelona colocando a noviete, amigo del noviete, amante del amigo, primo, hermano... Son las consecuencias de que los anti-sistema se hagan con un ayuntamiento de la categoría de Barcelona, de la categoría de Madrid. Y en Madrid con la complicidad de todo un pesoe, con una historia reciente plagada de corrupción y maneras de república bananera.

Siempre me pareció penoso que personajes de la catadura del gorila rojo, ya fallecido, Chaves, o del actual payaso, Nicolás Madudo, fueran los que gobernaran nada más y nada menos que un país como Venezuela. Con recursos petrolíferos suficientes para el autoabastecimiento, con una riqueza agrícola envidiable, con un potencial industrial que no han sabido aprovechar y que ahora tengan que racionar alimentos de primera necesidad.

Pero en América del Sur, no tanto como en Africa, a veces caen en el populismo y llegan a la presidencia personajes iluminados que dan vergüenza ajena. Como Cristina Fernández de Kichnner. Toda una Argentina que podía ser el granero de América, con riquezas que no se merecen, sufre una inflación galopante mientras sus políticos roban a manos llenas, empezando por su presidenta.

Me temo que Pablo Iglesias y sus compañeros de partido estén cegados de soberbia y vuelvan a caer en los mismos vicios que tanto han criticado y por lo que muchos ciudadanos les han votado. Les han votado con la esperanza de que terminaran con los vicios del bipartidismo. Pero la primera, en la frente. Una pena.

Chaves, Griñán, Zarrias... parece que no eran tan inocentes en el escándalo de los ERE de Andalucía. Han pasado nada menos que seis años desde que la juez Ayala abriera el sumario donde al final han acabado con cientos de detenciones de políticos, empresarios, sindicalistas, funcionarios... Y, después de que el propio Parlamento de Andalucía simulara una comisión de investigación para dar con los responsables y que, una vergüenza, dio por buena la actuación de Chaves y Griñán, los presidentes que al parecer desconocían que se desviaran miles de millones para pagar a empresas amigas.

Aquí viene a cuento la cita, de no se quien porque son muchos los que la repiten, lo de que si el poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente. Y treinta años de poder del PSOE en Andalucía, ininterrumpido, son muchos años. Es mucha la corrupción que durante todo ese tiempo se conocía, se consentía y no se investigaba. Los empresarios de mi tierra, de Almería, estaban encantados con la llegada del pesoe: "Ahora sabemos cuanto hay que pagar y a quien. Por fin estos chicos han tarifado la corrupción", fue la frase lapidaria de un conocido constructor de hoteles, Miguel Rifá, durante una reunión del sector.

Efectivamente, luego conocimos de sobra los viajes de Fali Delgado acompañando al constructor de turno, en avión, a la sede de Ferraz donde se entregaban los cientos de miles, o los millones, para que alguien desbloqueara algún proyecto. En los años 90 el Juez del Supremo Marino Barbero imputó a altos cargos socialistas y al final alguno acabo cumpliendo condena, hasta que llegó Aznar a la Moncloa y empezaron los indultos. ¿O no?

Desde hace un año que el tema de los ERE estaban en la mesa de los jueces del Supremo, quien ha sido paciente y sin prisas ha estudiado el sumario que le envió la Juez Ayala. Desde el principio lo tenían muy claro. La postura de Chaves, la de Griñan, era infumable. Y como los jueces, sobre todo los del Supremo, son muy prudentes a la hora de tocarle los cojones a los poderosos, pues han ido pasito a pasito, para que nadie se moleste, y hasta que no se han celebrado las elecciones autonómicas andaluzas, adelantadas por la señora Díaz, no han inculpado a los expresidentes de la Junta y otros cargos.

La verdad es que es de agradecer, porque si el auto del Supremo se hubiera producido antes de las elecciones, quizá ahora Susana Díaz no presidiría la Junta. Imagino que a partir de ahora la cesta que la presidencia de la Junta envía todas las navidades a sus jueces amigos contenga, como mínimo, un buen jamón de Jabugo JJJ y sabrosas viandas. Hay que ser agradecidos, por supuesto. Y si entre navidad y navidad cae alguna invitación a conferencia, curso, congreso, por supuesto con gastos pagados y convenientemente remunerado, pues mejor que mejor. Un detalle, oiga.

Tras el desastre que ha supuesto que el pepé deje de gobernar en autonomías tan emblemáticas como Valencia, Castilla León, Aragón, y otras no tan señeras como la de Extremadura, donde se hizo famoso un personaje como José Antonio Monago por sus viajes a Canarias, pagados por el Senado, para visitar a su amante, empiezan a afilarse los puñales, las espadas. Son cientos, miles, los altos cargos que van a perder su privilegiado status.
Y todos, si todos, Esperanza Aguirre, Carlos Fabra, Teófila Martínez, Luisa Fernanda Rudi, José Ramón Bauzá, José Antonio Monago, Zoido, De la Riva, Ignacio Diego, buscan a quien culpar del desastre electoral. Y como los políticos llevan la conspiración en su ADN, pues ya tenemos a un Alberto Ruiz Gallardón, cobrando una pasta por no hacer nada. Con coche oficial, chófer y despacho donde llamar a uno y a otro y recordarles lo mal que lo hace Rajoy. Que su política de gallego quieto parao van a convertir al partido de la derecha en la ucede de Suárez. Que con Rajoy en el timón van directos al abismo.

Y les informa que está siempre dispuesto a volver a la política activa. Que es muy aburrido eso de cobrar y no tener nada que hacer, salvo conspirar, claro, que es muy divertido y puede que a la cuarta le salga bien. Ya saben, como Soraya, la vice, tiene todo el apoyo del Grupo Prisa, que ya quiso colocarlo de Presidente en lugar de Aznar en 1996. ¿Recuerdan? Fue la primera victoria del Partido Popular, aunque no absoluta, y El País argumentaba que José María no alcanzaría la investidura, como le está sucediendo ahora a Susana Díaz en Andalucía. Y propusieron que fuera Ruiz Gallardón quien debía intentarlo y presidir el Consejo de Ministros.

Pues desde entonces don Alberto, que salvó a Aznar del Caso Naseiro-Palop en el 90, sueña con llegar a la Moncloa. Y con esa corte de empresarios, a los que hizo ricos, muy ricos, Florentinos, Villarmir, etc., dándoles obras desde la alcaldía, desde la presidencia de la comunidad, no paran de enredar y convencer a los del Ibex, a los banqueros, a los propios, que hay que buscar recambio en el partido de la derecha. Y ahí están que se matan Soraya y Gallardón a ver quien se hará con el partido, una vez que Esperanza Aguirre se haya quemado en la hoguera de las municipales, donde ha hecho famosa a una semi desconocida, Carmena, que seguro se sentará en el despacho de la Plaza de Cibeles que con tanto mimo decoró don Alberto.

El batacazo, la hostia, ha sido mayúscula aunque anunciada desde hacía meses. Todos, excepto el tándem PP-PSOE lo tenían claro. Cien mil concejales marcharán a sus antiguos empleos, cuando no al paro, dejando su sillón, su coche oficial, su secretaria, su despachito, su sueldo, al joven de Podemos, al joven de Ciudadanos, que les ha arrebatado lo que era suyo. Pero antes de que tomen posesión, habrá que destruir documentos comprometidos.

Por eso dicen que se han agotado las trituradoras de documentos de tanto y tanto pedido en toda España. Los fabricantes, que no lo calcularon, se rasgan las vestiduras, porque son casi nueve mil ayuntamientos y varias comunidades autónomas las que necesitan, urgentemente, ese artilugio que les garantiza inmunidad en todos estos años de abusos y gastos injustificados.

En Génova, que ya tienen experiencia hasta en borrar discos duros como en los portátiles de Bárcenas, las caras están como de cartón piedra, para no molestar a un Rajoy al que consideran culpable de la hecatombe por su carácter indeciso y no haber cumplido con lo prometido cuando arrasaron hace cuatro años. Ya no tiene remedio y el panorama para las Generales, cuando el inquilino de La Moncloa tenga a bien adelantarlas para frenar la sangría que se avecina, es desolador para otros cientos de miles de altos cargos que perderán sus prebendas.

Las encuestas, el CIS, parece que no fue fino en sus últimos sondeos. Vaticinaba una caída de Podemos y ascenso imparable para Ciudadanos. No ha sido así, como se ha comprobado, y cientos y cientos de municipios estarán a lo que decidan los chicos de Pablo Iglesias, como en Barcelona, donde una antisistema puede llegar a arrebatar la alcaldía a CiU.

Y en Madrid, la lideresa, la condesa, Esperanza Aguirre no ha ganado. Se acaban los 24 años de poder de la derecha en la capital del reino. Ojo, porque a lo mejor Manuela Carmena y los de la coleta empiezan a levantar las alfombras y lo que no ha borrado la trituradora aparece en los diarios digitales, para vergüenza de Botella y Gallardón, este último en su despacho vitalicio, con coche oficial y chofer vitalicio, con secretaria y sueldo vitalicio por haber sido presidente de la comunidad. Unos al paro y otros a vivir, para siempre, sin trabajar, sin dar palo al agua, de la teta de lo que pagan con sus impuestos todos los españoles que trabajan.

Tras la lectura del libro de Ana Romero, Final de Partida, sobre la última etapa de Juan Carlos, como rey y como persona, saco algunas conclusiones. La más trágica, la que más me duele porque llevo la libertad, la independencia del periodismo en mi ADN desde que empecé las prácticas al final del régimen de Franco, es la complicidad de la prensa. Leo que desde que era príncipe, nuestro Rey Juan Carlos ha sido todo un golfo. Siempre se ha comportado como un auténtico egoísta, buscando sólo diversión y acercándose a amigos adinerados a los que sablear. Y siendo la primera autoridad del Estado ha coleccionado centenares de amantes despreciando, humillando a su esposa, la Reina Sofía de Grecia, a la que le restregaba en público la querida de turno. Y en la prensa, que lo sabía, que lo fotografiaba, nada se decía. Nada se publicaba. En la mayoría de casos por esa especie de pacto no escrito entre los directores de los medios que ignoraban las golferías del Jefe del Estado Español. Vamos, como si de la familia Franco se tratara, sólo que España no era ya una dictadura militar y la libertad de prensa estaba respaldada por la Constitución.

Son muchas las ocasiones que editores de revistas del corazón han comprado fotos comprometidas, reportajes escandalosos de Juan Carlos para guardarlos en el cajón del olvido y luego, quien sabe, utilizarlos para obtener favores. Otras ocasiones, miles, son los propios directores que reciben la llamada de Zarzuela solicitando que no se publicara tal o cual información que en nada favorecía la imagen social del Rey de España. El Mundo de Pedro J. Ramírez era uno de los pocos que se resistía a las presiones pero no obstante se resguardaba reproduciendo lo que revistas italianas, o inglesas, publicaban de nuestro monarca que lo fotografiaban en pelota picada, en algún yate, con la amante de turno.

Fue a partir de Botswana, cuando nos enteramos que nuestro Rey se dedicaba a matar elefantes en plena crisis económica, con colas de miles y miles de españoles en los comedores de Cáritas, que se terminó con esa complicidad. Nuestra primera autoridad estaba por encima del bien y del mal. Para él no había crisis, ni había nada que le impidiera irse de cacería a Africa junto con su última amante, la denominada princesa Corinna.

La prensa, los periodistas, los editores, han sido los cómplices durante cuarenta años de los excesos de un monarca que ha disfrutado de quizá un millar de amantes, y que se sabe que ha amasado una fortuna mil millonaria. Cómplices de un mal ejemplo social y económico y que se ha rodeado de una corte de empresarios que hacían negocios gracias al tráfico de influencias que se emanaba desde la propia Zarzuela. ¿O no?

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