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Una gran maqueta para recordar Las Rozas tal y como era
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Una gran maqueta para recordar Las Rozas tal y como era

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En el recuerdo de muy pocos queda ya cómo era el centro de Las Rozas tras su reconstrucción después de la Guerra Civil. Algunas fotografías recogen sus casas y calles, lo que puede ayudar a quienes no saben cómo era el municipio, para que se hagan una idea del lugar. Sin embargo, siempre quedan dudas de cómo sería pasar por esta zona o de si sus casas eran de una forma u otra. Poco se imaginan los lectores cómo eran antes la calles Real y Constitución, con sus edificaciones bajas y fuentes, o la Plaza Mayor y jardines de la Iglesia...

Pues bien, de despejar todas estas cuestiones se ha encargado uno de los vecinos de la localidad: Enrique Mijallo, que ha recreado con maquetas, minuciosamente y con gran realismo, una a una todas las construcciones y detalles que había en el pueblo, incluida la cigüeña María subida a la moto. Pieza a pieza y teja a teja, con hierros, madera y material reciclado, a escala 1/50, cuidando hasta lo más mínimo ha recreado en una maqueta los edificios más representativos de la localidad: la iglesia de San Miguel, el Ayuntamiento y la plaza con su emblemático pilón, las casas de Regiones Devastadas, los bares Rincón, Casa Curro, el Cine Cisneros… incluso 102 árboles hechos de ramas con sus hojas y un escudo de Las Rozas. Todo ello se puede visitar en la muestra gratuita que se ha instalado en la sala de exposiciones situada frente a los Salones Parroquiales, en la Calle Cándido Vicente.

8.600 tejas a mano

Relata el autor que ha realizado, con piezas de motor, figuras como la Cigüeña María o la ballena de Majadahonda; y que el edificio que “más tiempo” le llevó hacer fue el del Ayuntamiento por la “cantidad de columnas, ventanas, escalones y tejas” que tiene.

Solo en el caso de las tejas ha colocado en su tejado 8.600 piezas, para lo que utilizó 90 metros de material de cobre. A la iglesia tampoco le falta ningún detalle. Recrea perfectamente su estilo, con su porche, columnas de granito hechas de una sola pieza, puertas y campanas. Como curiosidad, para este último elemento, utilizó dedales, mientras que los badajos están realizados con “hilo y plomo de pescar”.

El antiguo colegio Constitución también forma parte de la recreación que ha hecho Enrique Mijallo. “Tiene muchos recuerdos para la cantidad de muchachos y muchachas que por él pasamos. Sobre todo cuando nos daban la leche y el queso. Por las mañanas, para refrescarnos había una fuente en un lateral. Además, había dos estufas para calentarnos en invierno. Algunas veces íbamos a la Carpintería del señor Vitoriano a por virutas. No nos dejaban juntarnos a los chicos con las chicas, ni en el recreo, ni al entrar ni al salir. Por eso había dos puertas”, rememora.

Entre otros espacios, también se encuentra la fuente del Caño, que tenía agua de manantial, y que servía para el uso de las casas. Allí las mujeres iban a lavar, lo que en la exposición se representa, al igual que la carretilla con los cántaros, el labrador al terminar la faena y su perro. “Había un refrán en Las Rozas que decía que si probabas el agua del caño, no te ibas del pueblo”, añade.

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