www.masvive.com

Privilegiados

miércoles 23 de abril de 2014, 12:06h
Add to Flipboard Magazine.
Dicen que los que viven en Torrelodones son unos privilegiados. Unos pijos ricos que viven junto a un parque natural y respiran aire de la sierra. Que esta zona sufre menos el acoso de los cacos venidos del Este que el resto de los barrios madrileños. Que no vemos mendigos por nuestras calles ni sufrimos los llamados top-manta. Vamos, que vivimos en un pequeño paraíso. Caro, pero paraíso.
Ladran, luego cabalgamos. Hay bastante de leyenda en todo esto. Torre dejó, como otros pueblos de la sierra, de ser zona vacacional a residencia permanente de miles de ciudadanos que huyen del bullicio, de la contaminación de la capital, de las incomodidades de una urbe inhumana que engulle todo tu tiempo en desplazamientos, en nervios, dentro de un anonimato corrosivo. Alguien, hace años, descubrió que vivir en la periferia, en el noroeste, junto a la autopista, no estaba nada mal. Se lo dijo a su primo, y poco a poco esto se ha repoblado.

Los que viven en la urbe, en la calle Serrano, o cualquier otro barrio de Madrid esperan ansiosos la llegada del fin de semana, del puente, para meter a los hijos en el coche y desaparecer. Dispuestos a pasarse horas en caravanas infernales con tal de desaparecer de la ciudad. En Torre, en cambio, los fines de semana se sale a pasear. Los niños pueden jugar en la plaza, en el parque y los padres pueden ver a los amigos en la veintena de bares que se concentran en el casco urbano. Sin sufrir caravanas. Sin más atascos que los que se forman en la puerta del súper porque todos compran la barra de pan a la misma hora, claro…
Los que vivimos en Torrelodones si somos unos privilegiados, que nos levantamos todos los días respirando oxígeno y aire sin contaminar. Que desde nuestras ventanas no vemos edificios y más edificios. Vemos árboles, monte, sierra… vemos verde. Paseamos por la calle Real sin mirar atrás y con la confianza de que no vamos a sufrir un tirón. Con la satisfacción de saludar al vecino, al amigo, y tener unos minutos de charla… Los que vivimos en Torre no necesitamos buscar para nuestros hijos colegios privados donde protegerlos… La enseñanza pública tiene un alto nivel y en este pueblo se respira cultura.

Ojalá dure mucho, aunque cueste carísimo. Merece la pena. Ahora compartimos vecindad venticinco mil almas. Dice Carlos Galbeño, nuestro alcalde, que el techo son treinta mil…
Pues eso, seremos treinta mil privilegiados. Privilegiados que por muy bien que vivamos siempre tendremos argumentos para reivindicar, para quejarnos y para exigir más y más. Es condición humana.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)
Compartir en Google Bookmarks Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti Compartir en Yahoo

+
0 comentarios

© MasVive · [email protected] · Tf. 649 899 955