Prestigiosas galerías de Nueva York y París e incluso el restaurante del actor Gerard Depardieu cuentan con lienzos de Claudine Aubrun, una artista que lleva ocho años sin exponer en su ciudad, Las Rozas, y vuelve ahora con ‘Los reyes del deporte’, 18 lienzos en los que los protagonistas son la luz y el color. Se podrán ver en la Sala Maruja Mallo hasta el 1 de diciembre.
¿Los cuadros que se exponen en Las Rozas son inéditos?
Sí, aunque forman parte de otras series dedicadas al deporte que he pintado en los últimos tres años, y que se han expuesto en Nueva York y París. La idea de traerlos a Las Rozas surgió a raíz de que el municipio fuera designado Ciudad Europea del Deporte en 2016. En la muestra están mis tres épocas. La de las rayas sueltas apasionadas, enloquecidas, que representan la turbulencia de la mente del pintor, y ahora empiezan a gustar más, porque se han visto grandes exposiciones con este tipo de pintura expresionista y la gente se ha acostumbrado... es una pintura directa, instintiva, fuerte, que sale de las tripas, emotiva. Los de baloncesto son una búsqueda de líneas y colores, con planos, los pinté para la exposición de Nueva York, vendí varios para una embajada. No pude llevar todos en el avión, así que los que expongo en Las Rozas son inéditos. En cuanto a mi autorretrato, es una forma de aprender delante del espejo a manejar el retrato, y expresar lo que hay detrás de una cara. Sobre la natación, la idea era plasmar los momentos de la vida cuando hay felicidad, con el sol y los niños felices.
Los tonos relajantes de los tres cuadros sobre la danza rompen con los del resto de la exposición…
Sí, son un un respiro en la investigación, más dulces, ofrecen un tono relajante de música clásica, y planos de colores. Los de rugby, sin embargo, tienen mucho que ver con mi hijo. Él ha jugado en el equipo de Las Rozas varios años y quise dejar recuerdo de ellos. Los de fútbol formaron parte de otra serie que expuse en Francia, no fue una serie extensa, lo que ofrecía era una búsqueda de formas en movimiento, para intentar dar sensación de baile, alrededor del balón. Los de boxeo también los hice para Nueva York, en aquella época estaba luchando contra todo y contra todos para intentar abrirme un hueco y hacerme escuchar.
¿Cómo define su estilo?
Es un trabajo pasional, no es un trabajo de pensamiento. Comencé a pintar muy joven, aunque le dedico más tiempo desde los años 90. Desde entonces, he pintado más de 800 lienzos. Mi estilo era naïf, con tendencia realista. Ahora he evolucionado al expresionismo colorista. Intento volver a la realidad.
¿Qué le inspira?
Unas veces pinto algo que me gusta, otras me inspira algo que veo en prensa o televisión. No es algo premeditado. Me gusta realizar series sobre temas concretos e investigar en el colorido, las formas y el movimiento. Por ejemplo, me gusta pintar cabezas, que no retratos. Se trata de caras imaginarias muy específicas de mi trabajo. Son abstractas.
En los años 90 realizó la primera exposición en Las Rozas. Desde entonces, su obra ha viajado fuera.
He expuesto en Nueva York, en Madison Avenue. En París, en la galería Christine Colas; en Art Ligres, en esta última tuve una gran acogida porque los cuadros estaban relacionados con mi vida en Francia. Ese año, al actor Gerard Depardie le gustó mi trabajo y me compró un cuadro que tiene expuesto en su restaurante en París. Otro de los lugares en los que mi trabajo ha tenido una buena respuesta ha sido Chateau Roux; en La Chatre.
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