Desde el pasado jueves este experto espeleólogo madrileño se precipitó cinco metros por desprendimiento de una piedra, al abismo de la cueva Intimachay, en Huriaca (Amazonas), golpeándose la espalda. Está consciente y estable, descartando una lesión medular, pero en unas condiciones del 100 por cien de humedad y con diez grados de temperatura.
La expedición internacional—donde Cecilio era el único socorrista—se encuentra a 400 metros de profundidad a la espera de ayuda de rescate internacional, porque en Perú no existe unidad de rescate en cuevas. Se encuentran en una zona selvática y de difícil acceso a 200 kilómetros de la capital. Las fuertes lluvias están afectando las tareas en el exterior de la caverna, aunque no influyen en el caudal de los ríos subterráneos.
Al conocer el accidente, la Federación madrileña de espeleología se puso en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores que junto al Consejo Superior de Deportes agilizaron los trámites con el gobierno de Perú para que el equipo de salvamento internacional sobrevuele la zona. El rescate podría realizarse hoy mismo.
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