Perros de ayuda

“Hacen un trabajo terapéutico. Además, se les enseña a abrir y cerrar puertas, apagar y encender luces, cortar la labadora, recoger cosas del suelo... se les enseña a trabajar, lo que piden los usuarios”, explica Víctor. De hecho, está entrenando un perro para que “ladre y avise a los vecinos si la dueña, que tiene un trombo pulmonar, se desmaya o la máquina que la asiste da una alarma”, se preparan perros para asistir a niños autistas, que “ayudan a corregir huidas, les acompañan para que no les pille un coche o les ayuden a cruzar la calle” y, lo que puede resultar más llamativo, hasta para que detecten la Diabetes tipo 1 en niños.

Esta tal vez sea una de las habilidades más llamativas de estos animales, que son capaces de detectar una subida o bajada de azúcar y avisar a su dueño para que tome azúcar o coma. “Lo hacen a través del olor, por el aliento pueden detectar si se produce una hipo o hiper glucemia, niveles tanto por debajo de 70 como por encima de 200 y lo hacen incluso antes de que lo hagan los aparatos”, explica De Ron. Eso sin olvidar el uso terapéutico y el acompañamiento a los enfermos.

Víctor explica que cualquier perro sirve para acompañar a enfermos, aunque trabajan sobre todo con labradores, golden retriever... el que más les ha costado entrenar es un setter inglés con mezcla de labrador, Micky, que les ha dado “diez veces más trabajo que cualquier otro perro”, pero reconoce también que es del que está más orgulloso. “Es el mejor perro que hemos entregado jamás”.

“Normalmente se empieza con los perros muy pequeños. De los dos meses al año es la etapa de socialización y educación, normalmente con familias. El adiestramiento lleva unos cinco meses como mucho. Se intenta que estén entregados antes de los dos años, que es cuando maduran”. No sólo se les entrena específicamente para lo que tienen que hacer para ayudar a su futuro propietario, “es importantísimo que, además de que sepan hacer su trabajo, estén tranquilos, que no tiren de la correa, que estén bien educados en general, no sólo en su especialidad”.

Los perros que preparan están valorados en unos 25.000 euros, y los entregan de forma gratuiota. Por están buscando la ayuda de empresas que financien el coste de su entrenamiento, y así poder seguir ayudando a enfermos sin recursos que, gracias a estos animales, pueden ver cómo cambia radicalmente su calidad de vida. “El perro es parte de estas personas, están juntos las 24 horas del día. Es genial. Había gente que no salía a la calle y ahora sí que sale. Es infinito lo que estos animales te pueden dar”. Si quieren conocer más de la labor de Rocescan Perros de Ayuda pueden contactar con Víctor de Ron en el teléfono 609 66 96 18.