Con este documento, ha explicado a Vive Torre Jordi Romero, de la empresa Espai Tres, responsable de la elaboración del Plan Estratégico “se presenta, una vez hecho el diagnóstico y apuntadas las líneas estratégicas, la propuesta de actuaciones recogidas en todo el proceso y el trabajo técnico realizado”. A partir de ahora se abre otro proceso, interno, que durará los meses de noviembre y diciembre, y que finalizará “con la propuesta definitiva de actuaciones”.
Según explica Romero, el proceso de participación en el Plan se ha cerrado de forma muy exitosa. “Estamos muy contentos, se ha recibido muy buena respuesta en todas las iniciativas de participación. En el cuestionario a la población han respondido más de 500 personas, a las sesiones presenciales han venido en total casi 100 personas. Ha habido una respuesta muy comprometida por parte de la población y de los agentes sociales”, asegura. Lo último que se les ha pedido es participar en un debate, celebrado hace unos días en Torreforum, en el que se presentó ese borrador de Plan Estratégico y se invitó a los asistentes a debatir sobre qué actuaciones hay que priorizar.
Las conclusiones a las que llega el Plan vienen a poner, negro sobre blanco, algunas de las cosas que ya se sabían sobre el momento en el que se encuentra Torrelodones: un municipio joven, con una población con un nivel de formación alto, renta per cápita elevada y tasa de paro por debajo de la media de la Comunidad de Madrid, que cuenta con una oferta formativa de calidad, amplia oferta cultural, una población volcada con la práctica deportiva, bien comunicado y con un patrimonio natural y cultural muy atractivo para el turismo.
Pero también pone en evidencia algunas de las debilidades que el municipio debe combatir en el futuro: los inconvenientes de movilidad de un territorio disperso; la falta de oportunidades laborales, de vivienda y ocio para los jóvenes; una población que básicamente en un 80 por ciento trabaja fuera del municipio; un tejido productivo poco diversificado y muy concentrado en el sector servicios; un planeamiento urbanístico anticuado que no reserva suelo para uso industrial o de servicios, lo que dificulta la creación de nuevas actividades productivas; y la ausencia de una imagen de marca que venda Torrelodones como destino turístico de proximidad, o de una infraestructura turística que atraiga visitantes.
Es a esos inconvenientes a los que el Plan propone poner solución. “Hemos dividido el plan estratégico en tres grandes ámbitos”, explica Romero. “se ha identificado un capital humano, social, que supone un elemento importante del municipio, y por tanto es importante desarrollar actuaciones para poder aprovechar todo este potencial y todo el tejido asociativo, la relación entre los diferentes sectores de población, generar actividad cultural y formativa dirigida a todos estos sectores”. En el apartado económico, señala, “es necesario promover un tejido productivo más diverso y que incorpore la innovación, así como diversificar el tejido comercial”. En cuanto al urbanismo y el medio ambiente, evidentemente, hay que “sacar provecho de su potencial a nivel turístico”. Cómo se va a acometer todo esto se verá, definitivamente, cuando el Plan Estratégico esté redactado al completo en el mes de diciembre.