Fiestas: tras el telón

Hasta que una Consulta Popular diga lo contrario -primero tiene que celebrarse y, para ello, recibir antes el visto bueno del Gobierno central- Torrelodones celebra, a lo largo del verano, dos fiestas patronales, las de la Colonia y las del Pueblo. Son el resultado de mucho trabajo previo, de muchas decisiones de las que no se ve mas que el resultado final y del trabajo de muchas personas que, en ocasiones, lo hacen de forma completamente voluntaria.

No hay actividad, desde las procesiones hasta un concierto, desde unos juegos infantiles a un campeonato de petanca, que no lleven detrás muchas conversaciones previas. Nada es casual, ni los adornos y las luces, ni los cortes de calles. Todo tiene detrás mucho análisis y, en ocasiones, decisiones que no siempre son fáciles de tomar.

Si este año se encuentran con que en las fiestas de agosto no hay fuegos artificiales, es porque ya se ha decidido que, con el cambio en la normativa estatal que regula ese tipo de espectáculos, los responsables municipales saben que en el Pueblo no hay una zona que reúna las condiciones de seguridad y distancia a zonas habitadas que se les exige para un espectáculo pirotécnico. Ya ha habido que buscar, hace tiempo, otra solución para ponerle broche final a los festejos. Y si en esas mismas fiestas ven que, al contrario que en la Colonia, sí que se permite la instalación de atracciones de feria, los populares 'cacharritos', también tienen que saber que es fruto de muchas reuniones, de encuentros con los propios feriantes para establecer unas medidas de seguridad. “Habrá algunas atracciones, en el modelo del año pasado, que nos confirman y aseguran que están montadas con absoluta seguridad, con un informe de un perito y han pagado previamente al Ayuntamiento las tasas”, explica el concejal de Festejos, Carlos Beltrán.

Estos son sólo dos ejemplos del trabajo de planificación previo que supone organizar unas fiestas patronales, una tarea que se realiza, en buena parte, desde la Concejalía de Festejos, que es la que se encarga, con un presupuesto que año tras año se va reduciendo como en cualquier municipio, de ofrecer una programación de actividades variada en la que tengan cabida todos, desde los más pequeños de la familia hasta los mayores. Darle a cada uno su espacio y su cuota de diversión, en definitiva.

Actividades
¿Se han preguntado alguna vez cómo se eligen las actividades? “Nos basamos en programas anteriores y en no perder algunas tradiciones”, explica el edil de Festejos. “Se eligen actividades que sean abiertas al público y más baratas que en el mercado si las organizan las peñas y las asociaciones”, relata, y no se programan, asegura, “aquellas que vayan en contra de la igualdad de género o contra el respeto animal”. En el primer caso, explica, estarían los concursos de misses, eliminados de la programación de Torrelodones, o las go-gós en las fiestas de música en vivo. En el segundo, los festejos taurinos que, en cualquier caso, tampoco tienen una tradición tan arraigada en un municipio en el que, asegura, “hay una disposición muy grande para la defensa de los derechos de los animales”. Hechas estas salvedades, en el seno de la Concejalía, y en la Comisión de Fiestas, polémica en su creación, en la que colaboran algunas asociaciones se exponen las propuestas y se van encajando en un programa más amplio. En muchas ocasiones, serán las asociaciones las que organicen y desarrollen las actividades, y el papel del Ayuntamiento estará en “apoyar y ayudar a en todo lo que se pueda”, con una subvención para costear las actividades y con logística.

Hay en la organización de actividades muchos colectivos implicados. Algunos con tanta solera como el Grupo de Teatro Torrearte, que además de ser los pregoneros este año de las Fiestas de la Colonia han presentado un espectáculo conjunto con la Banda Municipal de Música con la zarzuela 'Agua, azucarillos y aguardiente'. Han sido unos 30 ensayos, más una semana completa de intensos preparativos previos, explica su director, Carlos Arias, para alrededor de una hora de actuación, con escenografía y vestuario preparado para la ocasión y un centenar de personas en el escenario. Todo para repetir el éxito del año pasado con su anterior espectáculo de zarzuela y ofrecer a Torrelodones un aliciente cultural durante las fiestas.

También veterana es la Peña La Cucaña, una entidad que lleva en activo desde el año 1998 y que tiene su centro de operaciones en la calle Agapito Martínez. Ellos siempre han organizado actividades coincidiendo con las fiestas de la Colonia a título individual y fuera el programa 'oficial' de fiestas, entre ellas, cómo no, el juego de la cucaña -de ahí su nombre-, así como otras actividades lúdicas, especialmente dedicadas a los más pequeños, que ya tienen tradición y que han acabado formando parte de la programación festiva por derecho propio, explica Eloy Izquierdo, tesorero de la Peña. “Llevamos años colaborando con el Ayuntamiento años. Fuimos nosotros los que, en un principio, les pedimos una ayuda económica para organizarlas”, recuerda Izquierdo. “Este año hay más asociaciones y peñas, pero siempre el Ayuntamiento se ha dirigido a nosotros para ver qué vamos a hacer, porque saben que damos un ambientillo bueno durante esos días”.

Y de la tradición, a unos recién llegados. La Peña El Carrito está formada por unas 150 personas con una media de edad bastante baja, entre 25 y 35 años, que sienten Torrelodones “como si fuera nuestro”, explica Pablo López, su presidente quien asegura que El Carrito se creó después de ver que las fiestas de la Colonia “habían decaído tanto que no eran fiestas ni nada”. Asegura que, ante esta constatación, decidieron “que había que actuar si queríamos que las fiestas fueran unas buenas fiestas, para aportar al pueblo y organizar actividades”. Repartidos en Comisiones, cada una se encarga de un tipo de actividades, “tenemos muchas todo el año”, y también en las fiestas, desde una carrera de autos-locos a un concurso de paellas. Su objetivo: “celebrar las fiestas de una forma sana, con buen ambiente, y que vayan mejorando año tras año”.

Pero no son los únicos, en la elaboración y preparación de las actividades de las fiestas también participan las Amas de Casa, El Circo de los Grillos con su festival musical benéfico, las asociaciones juveniles La Mano del Camaleón, Minas Morgul y Koalt, Tiempos Mejores, los clubes de Ajedrez, Baloncesto y Fútbol Sala, la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, la Plataforma +QDNOCHE, la Parroquia San Ignacio de Loyola y Peña La Incombustible.

Aseguran que de todo se aprende, y este año también. Cuando terminan las fiestas y se apaga la música, es momento de hacer balance, valorar aquello que más éxito ha tenido y aprender, siempre aprender, de cara al próximo año. Por poner un ejemplo, el año pasado concentraron las fiestas de la Colonia en la calle Jesusa Lara. No resultó, reconocen desde la Concejalía. También trataron de 'innovar' en la decoración de calles para buscar alternativas a la tradicional iluminación festiva, que suele ser costosa. Tampoco quedaron muy satisfechos, reconoce Carlos Beltrán. Lo importante, asegura, es reconocer los fallos y seguir probando. Si el balance de este año resulta positivo, algunas de las novedades de las fiestas de la Colonia, como el traslado hacia la zona de la Casa de Cultura, se mantendrán. Y si no, se seguirá buscando.

Cuestión de Seguridad
Pero la planificación de unas fiestas no sólo incluye cerrar un programa de actividades lo suficientemente atractivo como para que se llenen de gente. También hay que organizar el recinto ferial; planificar los cortes de calles para que los coches no molesten a los asistentes a los eventos y éstos, a su vez, no colapsen el tráfico; organizar la instalación de chiringuitos y las medidas de seguridad en el recinto ferial; no olvidarse de los servicios de limpieza que, cada madrugada, dejan aquello como si no hubiera pasado nada; tomar las medidas apropiadas para garantizar unas fiestas tranquilas y sin problemas de seguridad y convivencia; regular los accesos al municipio... “un montón de cosas que en realidad requieren mucha preparación previa y mucho trabajo”, asegura el edil de Festejos.

Parte de ese dispositivo, el que tiene que ver con garantizar que tengamos las fiestas 'en paz', está la Junta local de Seguridad, en la que se reúnen representantes de Guardia Civil, Policía local, Protección Civil y de distintos departamentos del Ayuntamiento y que se suele realizar unas semanas antes de las fiestas. Dos días antes del chupinazo se volverán a encontrar los jefes de Guardia Civil, Policía y Protección Civil para dar los últimos retoques al operativo.
“Lo primero es saber qué actividades va a haber, a qué horas y en qué lugares. Una vez que se tiene eso, se prepara el dispositivo logístico básico: si hay que cortar calles y cuáles, a qué horas, qué gente necesitas para cortarlas, si es conveniente que haya un agente o con poner vallas vale...”, explica el concejal de Seguridad, Gonzalo Santamaría.

Con el programa en la mano se estudian las opciones, qué eventos pueden ser más 'problemáticos', entendiendo esto como aquellos con más afluencia de público, y qué refuerzos de agentes se necesitan para las noches, que es cuando más gente se aglomera en las zonas de fiesta. En algunos momentos, calculan, puede haber más de 50 personas desplegadas en esas zonas dedicadas, principalmente, a evitar incidentes e intervenir lo más rápido posible si se producen.

En este apartado, es imprescindible y muy apreciada la colaboración de la Guardia Civil. “Se les cuenta lo que va a haber y en función de eso deciden qué tipo de dispositivos montar”. Entre esos dispositivos, explica el concejal, están, desde hace algunos años, los controles de vigilancia en los accesos a Torrelodones. Tienen un valor “disuasorio”, pero también preventivo. “Hay registros y a veces han encontrado cosas en los coches como bates de béisbol, drogas, cosas raras... sí que ayuda mucho que haya un dispositivo de este tipo alrededor”, afirma Santamaría. Y el concejal de Festejos, responsable último del resultado de las fiestas, corrobora que “da mucha tranquilidad” contar con la Guardia Civil.

Protección Civil
También da mucha tranquilidad ver, en cualquier rincón y casi a cualquier hora, a los voluntarios de Protección Civil, otros que no descansan, que viven las 24 horas del día, todos los días que duran las fiestas patronales, al servicio de la seguridad de sus vecinos y la prevención de accidentes.

Con sus inconfundibles trajes naranja, los 35 voluntarios de Torrelodones, y también llegados de otras localidades como Galapagar o Moralzarzal, están presentes en las las actividades infantiles, junto a los juegos hinchables, en las actividades acuáticas, en las procesiones, apoyan a la Policía en el corte de calles, asisten a las actividades deportivas... “Se hacen turnos que abarcan todas las horas de los días de fiestas. Es un trabajo voluntario y altruista, sacrificas parte de tu tiempo libre para que sean lo más seguras posibles”, explica Javier Ardila, jefe de Servicio de Protección Civil.
“A todas las actividades se les da cobertura, de manera preventiva, a nivel sanitario y también vigilando por si se produce algún incendio el día de los fuegos artificiales...”, relata Ardila. Hasta que no estalla el último fuego artificial, hasta que no se apagan las luces del ferial el último día, estarán en todas partes, con especial atención a los eventos de mayor afluencia de personas y aquellos que pueden entrañar algún riesgo.

Para ello cuentan con un todoterreno destinado a la intervención sanitaria, que les permite proporcionar una atención primaria al accidentado hasta la llegada a una ambulancia. También, porque no hay que dejar nada al azar, tienen un vehículo de extinción de incendios con capacidad para 500 litros de agua, con una autonomía de unos 15 minutos, que les permite intervenir en los primeros momentos de un fuego hasta que puedan llegar los Bomberos, y con otros vehículos, como un todoterreno multiusos y dos motos que les permiten moverse por todo el término municipal y estar allí donde hacen falta.

Nos queda agosto
Como decíamos, los ecos de las fiestas de la Colonia apenas se están disipando en el aire serrano, y pronto serán sustituidos por otros ruidos festivos muy cerca, en Colmenarejo y en Collado Villalba por Santiago Apóstol, un poco más adelante en San Lorenzo de El Escorial... queda verano para rato, más fiestas también, y en Torrelodones aún quedan, para mediados del mes de agosto, las fiestas patronales en honor a la Asunción de Nuestra Señora y San Roque, que se celebrarán del 15 al 18 de agosto.

Son unas fiestas completamente distintas a las de julio. Es “muy fácil”, asegura Carlos Beltrán, “crear un ambiente festivo” en el entorno de las fiestas, que se reparten por la calle Real -que el año pasado se peatonalizó y que parece que este año también se cerrará al tráfico-, plaza de la Constitución y calle Carlos Picabea. “En el entorno del escenario, que está en la plaza, y de la zona de juegos infantiles y atracciones -que se instalarán en el parking frente a la Biblioteca- hay multitud de terrazas y eso es lo que crea el ambiente de las fiestas”. Se crea, asegura cualquiera al que pregunten, un ambiente “más familiar” y tranquilo. “El paseo es mas corto, los espacios son más recogidos y eso facilita mucho las cosas”. En el otro lado, también es una zona más poblada, “y como cada vez menos gente elige agosto para las vacaciones”, se producen más quejas por las molestias de los vecinos. “Las quejas son irremediables y reconozco que con toda la razón, si te tienes que levantar al día siguiente para trabajar...”.

Pero el espacio también cambia la actitud de los vecinos, que al contrario de la Colonia, donde esperan movimiento, conciertos y mucha más actividad, en agosto esperan “unas fiestas tranquilas, familiares, de pasear y encontrarse actividades sencillas...” que se organizarán, también, con la ayuda de las asociaciones y que incluyen juegos infantiles en el Parque JH, pequeños conciertos y otras sorpresas.

Desde Protección Civil también son conscientes de que las fiestas del Carmen no tienen nada que ver con las del Pueblo, y en función de eso organizan sus equipos, explica el jefe de Servicio de Protección Civil. ¿En qué notan más la diferencia? En las intervenciones sanitarias. “Hay muchas más en la Colina que en el Pueblo”. Las de agosto son “unas fiestas más familiares, recogidas y vinculadas al comercio local”, concluye Javier Ardila.

Pero este año habrá una cosa por la que no se tendrán que que preocupar los voluntarios de Protección Civil en agosto: los fuegos artificiales. Con el cambio de normativa, como decíamos, “no hay un espacio lo suficientemente amplio para poder tirar los fuegos”, porque se ha ampliado la distancia de seguridad entre el punto de lanzamiento de la pirotecnia y las viviendas habitadas. “Según el radio de zonas habitadas, así te permiten las cargas de los fuegos y en función de eso se sabe el tipo de espectáculo que se puede dar. Así que, desde donde se lanzaban antes, ya no se puede y desde el parking tampoco, porque hay mucha vivienda cercana”, explica Carlos Beltrán. El resultado es que las fiestas de agosto no terminarán con fuegos artificiales sino con “un espectáculo de luz, agua y sonido” que servirá para despedir las fiestas hasta el año que viene y, según se mire, de descanso para quienes, hasta ese momento, habrán estado trabajando para que los demás disfrutemos.