Morando se defiende

Dichas causas, se refieren a las “irregularidades urbanísticas” de la finca La Ladera, cuya comunidad de propietarios es también el concejal Ignacio Morando; una afirmación basada en el decreto de alcaldía por el que se procedió a la incoación para la adopción de medidas de restablecimiento del orden jurídico perturbado y se ordenó como medida cautelar la inmediata suspensión de las obras en dicha finca.

Ante esto, el ahora concejal no adscrito no ha hecho esperar su defensa a través de un comunicado y argumenta que ya el día 5 de enero había avisado de que el día 9 iba a dimitir, día en el que mandó su carta de dimisión.

Para Morando, el decreto por el que se le retiraban las competencias, “fue un intento de adelantarse a mi dimisión”; “me extraña que legalmente se puedan revocar las competencias de alguien que ya ha renunciado a ellas”, comenta. Y la razón por la que lo hacían era para “ocultar el problema interno que mi dimisión puso de manifiesto”. En relación a lo argumentado con la finca “La ladera”, Morando asegura que las obras “ni son ilegales, ni son mías; es una cortina de humo para desviar la atención de lo realmente ocurrido, y para manchar mi imagen y mi honor”, concluye.