El Atril: un lugar de encuentro

Así, en estos casi diez años de existencia, además de degustar alguna de sus deliciosas tartas, uno podía recrearse con las exposiciones que han adornado sus paredes, por donde han pasado artistas como la grabadora Gloria Ducás o los jóvenes artistas locales Montse Calvillo e Ismael Herrero. El Atril siempre ha estado al lado de la lectura: diariamente están a disposición del cliente los tres periódicos de gran tirada nacional y diversas revistas, así como una pequeña biblioteca ubicada en la planta superior. Durante cinco años consecutivos se celebró en su interior un taller de narrativa, así como un concurso literario que, además del premio, incluía la publicación de un libro de los relatos ganadores junto con los seleccionados del taller literario. No han faltado tampoco cuentacuentos, pequeños conciertos, seminarios o interesantes tertulias y coloquios en sus mesas, una actividad que ahora van a impulsar de forma periódica. Otro de sus proyectos inmediatos es el de abrirse a la obra gráfica, con exposiciones de fotografía y grabado, y tienen previsto iniciar un curso de fotografía clásica y digital, que impartirá el profesor Alejandro Cherep.

Un olor a pan reciente invita a empezar bien el día, y es que, con unos 15 bollos distintos de fabricación propia, los desayunos y meriendas constituyen su plato fuerte. Para acompañar el croissant, las tortitas o el pincho de tortilla puedes escoger entre una gran variedad de refrescos, infusiones, cafés, batidos o zumos naturales, todo con unos precios muy asequibles. Además de ofrecer un ambiente más íntimo en las seis mesas de la planta superior, tiene un salón privado con capacidad de unas cincuenta personas, disponible para reuniones o celebraciones. Los viernes y sábados el Atril se pone su traje de noche y, con buen ambiente y música animada, permanece abierto hasta las dos de la mañana. Próximamente podrás conseguir tu carnet de cliente, con el que te beneficiarás de interesantes ofertas y descuentos.