Del pasmo a la indignación
miércoles 23 de abril de 2014, 12:06h
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Pasmo, inicialmente, fue lo que sentí al ojear la guía anuario de actividades culturales editada por nuestro Ayuntamiento. Edición costosa, yo diría más bien, costosísima, para un catálogo cuajado de eventos de relumbrón. En un principio, confieso que sentí una mezcla de orgullo localista y complacencia. Después, al amor de un café, me detuve a leer el contenido con atención, y ahí fue donde empezó el pasmo.
Empezaron a aparecer ante mis ojos errores de bulto en cuantía también deslumbrante, y, al bajar al detalle, los errores de todo tipo (pies de fotos que no se correspondían con el certamen anunciado, fechas mal ubicadas, fallos tipográficos) se multiplicaban.
Administrar dinero público, no es, o no debería ser sólo un ejercicio de trasparencia y buen hacer, si no también de buena gestión. Los ciudadanos debemos y podemos exigirla y, debemos y podemos examinar a nuestros gestores por sus obras. En este caso, siento decir que el derroche de medios invertidos, no se corresponde con la calidad del resultado final, lo cual es tanto como decir que en este asunto, no han estado, señores ediles, afortunados. Por tanto, un tirón de orejas para que en futuras ocasiones se revise el trabajo final antes de imprimirlo. Con la pasta que seguro ha costado, es lo menos que debe exigirse.
Un vecino indignado
Si (
No(
