Regresó la tradicional Cucaña

Unos seis metros de un mástil embadurnado de grasa eran lo que marcaba la diferencia entre volver a casa con las manos vacías o volver con un jamón. Varios fueron los aspirantes, pero no muchos, ya que Carlos, un joven vecino y el tercero en probar suerte, logró encaramarse poco a poco hasta el codiciado jamón que... ¡resultó ser de plástico. La Tab'h'erna, organizadora de este evento tradicional, se encargó de cambiarle el trofeo por una pata de cerdo verdadera, que seguramente a estas alturas Carlos ya le habrá dado buena cuenta. Una buena iniciativa la de recuperar para las fiestas este tradicional entretenimiento.

Sin desmerecer la intervención de Jorge Sanz, la fiesta de la Cucaña contó con un pregonero a la antigua usanza (que, anticipamos como primicia, será el encargado de ofrecer el pregón de las Fiestas del Pueblo), que arrancó carcajadas de los presentes con sus punzantes comentarios. No faltó quien se marcó unos bailes populares bajo las sombrillas de la terraza, al son de la dulzaina y los tambores que animaban el evento.