Promesas imposibles
miércoles 23 de abril de 2014, 12:06h
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Hace años, ya muchos, cuando salió la revista Vive Torre entrevistamos a un alcalde recién llegado a la casa consistorial. Recién vencedor de las elecciones. Entrevistamos a un alcalde optimista que estaba convencido de que durante su primer mandato resolvería algunas de las asignaturas pendientes que los vecinos vienen sufriendo desde la noche de los tiempos: Un aparcamiento junto a
la estación de ferrocarril, para absorber los vehículos de los que residiendo en Torre trabajan en la capital, y el paso subterráneo bajo la autovía que una la zona comercial con el pueblo. A pesar de que ya en aquellas fechas debería lidiar con miembros de un gobierno central socialista, que como es práctica habitual no suelen ayudar a los municipios del pepé, Galbeño se mostraba convencido de que los argumentos que se presentarían, la documentación y las gestiones en la administración central, que bien que conoce, le
darían la razón y los proyectos serían aprobados.
Y las zancadillas, las excusas, los retrasos, las peticiones de nuevas informaciones, ampliación de las enviadas, y un sinfín de jugadas nos han llevado a donde estamos. A mediados del año 2010, sin que los vecinos de Torrelodones tengan su aparcamiento
junto a la estación de Ferrocarril y sin el permiso para perforar bajo la autovía, a pesar de haber tenido la miel en los labios en diversas ocasiones. A este paso volverán a celebrarse nuevas elecciones municipales y las asignaturas pendientes seguirán estando pendientes una vez más.
Una vez que la realidad de las zancadillas para construir el aparcamiento de la estación convenció al equipo de gobierno de que no había manera, se optó por la iniciativa privada y se resolvió que sería la propia administración local quien se haría cargo de realizar el proyecto. Pero claro, hace varios años empezó a notarse la negada crisis económica y las arcas municipales, como la de todos los pueblos de España, apenas recaudaban para pagar nóminas y gastos comprometidos. Por lo que nos tememos que el nuevo recorte presupuestario que se avecina por mandato de los dirigentes europeos que impondrán a Zapatero que se apriete el cinturón, antes de que nos contagiemos de Grecia, va a suponer, en cuanto a Torrelodones, que algunas de las promesas y reivindicaciones
de este municipio vuelvan al cajón del olvido durante muchos años. La perspectiva que nos espera va a ser la de repintar los desconchados como mal menor, y eso, quienes aún puedan pagar la pintura.