Entre los alumnos de las distintas escuelas y los miembros de las compañías participantes, intervinieron en esta segunda edición del Festival Diez Días Danza más de cuatrocientos bailarines, interpretando estilos de baile muy diferentes pero todos con la misma pasión: bailar. Destacar el gran esfuerzo de los profesores de todas las Escuelas, no sólo por su admirable trabajo en la presentación de este festival – en el que se han encargado de coreografías, vestuario, cientos de ensayos… siempre con el entusiasmo y apoyo de alumn@s y padres – sino también porque ha sido el reflejo de todo un año de buen hacer, contagiando a los jóvenes de este noble arte. Enhorabuena a ellos y a todos los bailarines:
- Danza Contemporánea, profesora: Nilda Pineda. En su primer año como profesora de la Escuela Municipal de Danza, ha recogido el testigo de Irene Martínez, presentando unas coreografías con mucho ritmo. Ellas inauguraron el Festival, el jueves 18 con “Me muevo, vivo y siento”, unos bailes con mensaje.
- Danza Española. La sensibilidad y talento del profesor, Paco Montoya, quedó de manifiesto en todas sus coreografías, tanto en el fin de curso que ofrecieron el viernes 26, como en sus intervenciones de “Iniciación a la Danza”, sin duda marcando la diferencia. Lo suyo es hacer arte del movimiento y parece que, ya en su segundo año como profesor, se siente más libre y las alumnas lo disfrutan, hasta se animó a dar unos pasos solo sobre el escenario.
- Aula Amor de Dios: Como si nos dejara mirar por una cerradura una de sus clases, El Güito ofreció un espectáculo sencillo, en el que las alumnas de los distintos niveles mostraron al público los distintos pasos aprendidos. Lo mejor: la guitarra y el cante en directo. A la presentación, el miércoles 24, asistió Joaquín San Juan, director de la Escuela Amor de Dios de Madrid, quien participó en la entrega de los diplomas a las alumnas. Y contaron entre las butacas con una espectadora de excepción: Sara Montiel, quien recibió agradecida el saludo con aplausos del público.
- Danza Jazz: la profesora, Ana Martín, tenía el listón alto tras el éxito de su “Grease” del año pasado, pero ha dado con la fórmula de los musicales a lo grande, y este año la bordó con “Chicago”. Fue el montaje escogido para el cierre del Festival, en el que se coordinaron sobre el escenario unos cien bailarines de Danza Jazz. Contó además con la inestimable colaboración musical de los alumnos del proyecto Roland de la Escuela de Música, aunando artes y ofreciendo un resultado final completo y espectacular.
Entrañable fue el espectáculo del lunes 22, en el que decenas de alumnos de las cuatro modalidades, todos ellos de “Iniciación a la Danza” y finalistas del Certamen de Danza celebrado unos meses antes, fueron desfilando por el escenario ofreciendo un conjunto muy variado, con coreografías desde el clásico “Danubio azul” hasta una canción de Shakira, pasando por tangos y pasodobles, con la entrega desde las pequeñas rockeras hasta las leonas bailarinas.
La nota profesional la puso la Tati, a cargo de la coreografía y dirección del espectáculo flamenco “Vivo y siento” con bailaores como Toni El Pelao y La Uchi. También colaboró en la presentación del Festival la compañía escurialense La Fragua de luz, que interpretó su original baile al aire libre, en la entrada de la Casa de Cultura. No nos cabe ninguna duda de que, después de esos ocho intensos días de baile, hubo quien respiró aliviado, entre ellos la Concejala de Cultura, Begoña Chinchilla y la Gerente de la Casa de Cultura, Paloma Casado, así como todo el equipo de técnicos, todos ellos protagonistas detrás del escenario.
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