Según la OMS, la dependencia de las tecnologías de la información y la comunicación, ya sea redes sociales, videojuegos, juegos de azar o el teléfono móvil forma parte de las denominadas adicciones comportamentales o adicciones no químicas, entre las que también se encuentran los trastornos alimentarios, las compras compulsivas…
En el caso de la adición a las nuevas tecnologías, “últimamente están generando muchos problemas de convivencia y de salud” entre los jóvenes, ha explicado Pedro García Aguado a los medios de comunicación antes del encuentro que ha mantenido, en el Teatro Bulevar, con escolares de Secundaria de los centros educativos de la localidad, que se ha repetido, por la tarde, con padres y madres.
Se trata de una adicción que “condiciona sus estudios, su vida y la convivencia en el hogar”. Por eso el Proyecto FES, del que Pedro García Aguado es embajador, trabaja ayudando a comunidades autónomas y municipios a que implanten su programa para prevenir este tipo de patologías.
La iniciativa está dirigida a jóvenes de entre 12 y 17 años (ESO, Bachillerato, Formación Profesional), y a sus padres y a educadores, y pone el acento en la importancia de la prevención primaria “que significa contar con las herramientas que propicien el control o eliminación de los factores que pueden provocar la aparición de problemas de adicciones comportamentales y sus consecuencias”.
El ‘océano digital’ en el que se mueven los jóvenes
García Aguado dirige sus charlas tanto a los menores como a sus familias. Con los adolescentes tira de su historia personal, para que vean los peligros de las adicciones. “Yo soy un adicto rehabilitado, a través de mi historia personal les cuento cosas que tienen que ver con los valores del deporte y cómo superar adversidades, sobre cómo darle la vuelta al argumento cuando las cosas no van como tú quieres”, relata. También se hace un poco de alfabetización emocional, de forma de que los menores tengan una serie de ‘herramientas’ “para no desarrollar conductas evitativas ante la frustración”, algo que sucede mucho en la adolescencia.
Y después llega el momento de hablarles de “océano digital” en el que se mueven. “Les digo que ya no tienes que tomar ninguna droga para lamentablemente desarrollar una dependencia, depende mucho de como son. También les hablo de las redes sociales, qué uso hacen, si entienden los conceptos de identidad digital y reputación online, del riesgo que tienen de estar hablando con otras personas, el ‘grooming’ y esas personas adultas que están en las redes para hacerles daño, y al final hablamos de la necesidad de tener un ocio saludable, alejado de las pantallas”.
Pero también es necesario, para prevenir las adicciones a las nuevas tecnologías, trabajar con las familias, asegura. “Son las más desfavorecidas, porque la evolución tecnológica nos ha pillado a todos los de ciertas generaciones muy a contrapié, es bueno que tengamos toda la información posible para ayudar a nuestros hijos”, explica.
Se les explica la realidad del mundo digital, el papel de la familia y la necesidad de tener un ocio diversificado, y las diferencias entre el uso normal o el abuso a las nuevas tecnologías y la adicción, “que supone una dependencia que obliga a quien la sufre a estar conectado para calmar el malestar que le provoca no estar conectado”.
Pueden aprender más sobre el Proyecto FES en https://proyectofes.org.
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