370 mujeres con nombres y apellidos protagonizan las páginas de ‘Prohibidas pero no vencidas’, una obra en la que los lectores se van a encontrar con un relato cronológico lleno de historias fascinantes que abarca desde finales del siglo XVIII y hasta los años 60 del siglo XX.
El libro, publicado por Desnivel, es el resultado de las investigaciones que Carlos Beltrán ha realizado sobre mujeres deportistas y que ha ido contando a retazos a lo largo del tiempo en otros lugares, como las redes sociales. En la prestación acompañarán a Beltrán Cathy Xaudaró, ex gimnasta rítmica y entrenadora, pionera de este deporte en nuestro país, y Piluca Guil, jugadora y entrenadora de baloncesto.
Una historia de mujeres
‘Prohibidas pero no vencidas’ muestra la historia, más o menos completa “de lo que fue un movimiento real, cultural y social”, explica Carlos Beltrán a MasVive. Comienza con una mujer extraordinaria, la remera profesional de Cornualles Ann Warren, nacida en 1796. “Llevaba mercancías por el río. En un momento dado vio que podría ser divertido montar una tripulación con otras mujeres, con tan buen resultado que ganaban las regatas masculinas”. Una leyenda “que fue la primera mujer que puedas decir: se ganó el respeto como deportista”.
A partir de esta historia cuenta la de otras muchas mujeres guerreras, pioneras, valientes y en muchos casos olvidadas pese a haberlo sido todo en fútbol, rugby, maratón, atletismo, alpinismo, tenis, ciclismo… “En su momento muchas de ellas eran muy conocidas”, explica Carlos Beltrán, pero todo se fue al ‘garete’ en el periodo de entreguerras, cuando los hombres regresaron del frente tras la I Guerra Mundial y se encontraron con que las mujeres habían ocupado muchos espacios antes masculinos, también en el deporte, y comenzaron las prohibiciones.
De hecho el título del libro homenajea a las jugadoras de fútbol inglesas, que pasaron de llenar estadios en los años 20 del pasado siglo a no tener, por ley, donde jugar. Las pocas que quedaron, porque tenían sus propios campos de fútbol, solían poner el sello de ‘Prohibidas pero no vencidas’ en los carteles de sus partidos.
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