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Torre, entre ricos y pobres

Torre, entre ricos y pobres

miércoles 23 de abril de 2014, 12:06h
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Torrelodones es el tercer municipio con mayor renta per cápita de la Comunidad de Madrid, sólo por detrás de Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte. Eso significa que estamos en el tercer pueblo más rico de Madrid aunque la radiografía social y económica de un municipio de casi 23.000 habitantes refleja de por sí disparidad en el poder adquisitivo con grandes fortunas en ciertas zonas y barriadas deterioradas en otros puntos. Sin embargo hoy, existe otro elemento de distorsión que a todos preocupa:
la situación económica actual que agudiza el contraste entre ricos y pobres y desestructura a la clase media. ¿Cuáles son los síntomas de Torrelodones?
Uno de los datos que reflejan la riqueza material es, por ejemplo, el valor catastral de viviendas, locales o terrenos de este municipio y por el que sus propietarios tributan el impuesto de bienes inmuebles (IBI), pagos que oscilan entre los aproximadamente 12.000 euros siendo éste el más alto (si se trata de una vivienda), y los 2 euros entre los más bajos. En cuanto al valor catastral de las viviendas, el mayor roza los 234.000 euros. Otro dato que nos mostraría el volumen y el tipo de negocios de Torrelodones, se refleja en quien paga el Impuesto de Actividades Económicas, que a partir de la ley del 2004, grava el ejercicio de actividades empresariales, profesionales o artísticas de empresas que facturan más de un millón de euros anuales. Hay más de 170 empresas que tienen esta facturación. Con esto nos hacemos una primera idea.

Otro indicador de las diferencias sociales en Torrelodones es la opción de las familias a escoger el centro educativo para las formación de sus hijos; en lo que a coste se refiere, en primaria se está pagando al mes cerca de 500 euros solo por la escolaridad, y esto ya es un sesgo, ya que no está al alcance de todos los bolsillos. Existen un centro privado, dos privados concertados, tres colegios públicos y un instituto público.

Como apunte curioso cabe decir que Torrelodones es un punto geográfico que atrae a la celebración de bodas, un acontecimiento social que recorre con asiduidad el centro del pueblo. Quizá una iglesia del siglo XVI para la ceremonia religiosa y fincas que cuentan con una escenificación asombrosa para remontarse a otras épocas con doncellas, lacayos y carruajes tirados por caballos, sean elementos atractivos para los que su bolsillo pueda costearse aproximadamente 130 euros por invitado.

En el municipio coexisten-pero no sin dificultad-pequeños comercios privados y grandes cadenas de supermercados, además de un centro comercial. Pero indudablemente, lo que marcó económicamente al municipio fue la elección, disputada, para la instalación del Casino Gran Madrid hace 27 años. Para contraste de austeridad están su cifras alrededor de su actividad y tránsito: tiene 500.000 visitas anuales, 750 empleados y valga el ejemplo de que en un día pueden cambiarse en fichas hasta 2 millones de euros.

Cabe mencionar que en este mes de marzo, será la segunda vez que el Casino acoja la final del ‘European Poker Tour’, donde ya se calcularon 10 millones de euros de beneficio y cuya entrada llega a los 5.300 euros.

Con este empacho de miles, volvemos a la realidad más común de este pueblo serrano y a otros datos económicos.
“Apariencias” es una expresión muy escuchada a los torresanos y, con la situación generalizada de crisis, es probable que existan síntomas que nos digan que “no es oro todo lo que reluce”.

Ya que muchos de sus habitantes ejercen su actividad profesional en otros municipios, principalmente en la capital, se considera a Torrelodones como una ciudad dormitorio. El Ayuntamiento cifra en 14.623 personas la población activa y aunque el desempleo no está calculado por municipios, con respecto a la Comunidad se ha estimado en un 6 %, que se traduciría en 881 personas en paro. De aquí el 4,8 % son hombres y el 7,4% son mujeres.

La economía de Torrelodones se concentra básicamente en los sectores de construcción, servicios y hostelería, sectores que en la realidad del país han sido castigados por la crisis, una porque ha sufrido el estallido de la burbuja inmobiliaria y las otras dos, porque se basan directamente en el consumo y éste se encuentra frenado por la subida del desempleo y el clima de inseguridad.

Como estamos sabiendo- tras la tradición de la compra de la vivienda favorecida por la facilidad de crédito que los bancos alimentaron- la consecuencia más directa del desempleo es la imposibilidad de pagar las hipotecas y acto seguido, los temidos desahucios.

Pero comencemos por conocer del negocio inmobiliario en el municipio. Hay que recordar que en los años 60, hubo un gran auge inmobiliario producido por la bonanza económica. Casi todas las viviendas de Torrelodones eran utilizadas como segunda vivienda, algunas de hasta 5.000m², especialmente en la Colonia, viviendas de tipo unifamiliar, empezándose a construir algunos bloques de pisos en la década de los 60-70. Después de la crisis del año 73, recuperado el ritmo económico, y sobre todo a partir del boom de los 80, Torrelodones se convierte poco a poco en un pueblo de vivienda permanente. La población crece y se construyen pisos y adosados, así como chalets y urbanizaciones.

Exclusivas Domingo es la inmobiliaria más antigua de la sierra de Madrid y una de las primeras de España (fundada en 1939 y establecida en los 60 en el municipio), está dirigida por la tercera generación y se encuentra superando la caída del sector inmobiliario. Miguel Ángel Domingo nos comenta: “hoy no se vende nada, el 80 % son alquileres. El indicador más claro de la crisis es que hace dos años existían 23 inmobiliarias en el municipio y ahora quedan 6. Aunque han bajado el precio de los pisos (un 30%), los bancos no dan créditos”. Sobre la oferta de pisos que tiene en venta, oscilan entre 150.000 euros el más barato, hasta 470.000 euros y para un chalet independiente su precio: 5 millones de euros.

‘Lanzamientos’ en Torrelodones
El servicio común de peticiones y embargos del partido judicial nº 15- a donde Torrelodones y otros municipios pertenecen-, es el que tramita los mandamientos judiciales para los ‘lanzamientos’, que son los embargos o desahucios por ejecución hipotecaria o impagos que incluyen viviendas y locales. No hay estadísticas elaboradas pero están las órdenes registradas: en 2011 ha habido en Torrelodones 25 lanzamientos, de los cuales la policía municipal confirma su presencia en 23, con una función preventiva. Muchos de estos mandamientos o citas se suspenden cuando

se llega al acuerdo de entrega de llaves, aplazamientos u otros acuerdos de pago. En 2012, la policía municipal tiene registrado en los dos primeros meses del año siete peticiones que no requirieron finalmente su presencia y según el servicio judicial, su agenda de citaciones para marzo, además de estar completa, hay nueve para Torrelodones.

El personal que atiende este servicio está viviendo una gran tensión por atender estos dramas que han pasado de tres lanzamientos al mes, hace 5 años, a tres al día en toda la zona, “nos está afectando mucho, vemos a gente desesperada que lo ha perdido todo o que a falta de 12.000 euros de pagar su casa se la han embargado”.

Un testimonio de desahucio
Julia cuenta el impacto que fue para toda la familia el perder la única fuente de sustento que era el negocio que su marido tenía. Todo empezó con el impago de los clientes que le encargaron varias obras importantes. Había que parar los gastos que se adelantaban, la gente empleada, los impuestos, etc. El negocio se liquidó, el juicio por impago tardará años en salir y lo peor estaba por venir: “no podíamos hacer frente a la hipoteca de nuestra casa”. Fue cuestión de 4 meses sin pagar al banco cuando ya teníamos la orden de embargo. Esto ocurrió a finales de 2010. “Lo más duro fue ver al cerrajero negociando con la oficial del juzgado para quedarse con nuestros electrodomésticos”. Todo esto es demasiado duro, no se lo deseo a nadie”. Julia acudió a servicios sociales, la ayuda consistió en 600 euros para afrontar la búsqueda de alquiler. Su marido con 60 años está en paro, ella tiene unas horas de trabajo que apenas le da ingresos y tienen dos hijos que aun no están independizados económicamente. “No hay nada de trabajo, y esto es lo más angustiante”.

A su familia le tocó ayudar hace años a una joven separada con una niña pequeña a sacar sus cosas del piso por impago del alquiler además conocieron de otro desahucio de una familia con niños pequeños que fue acogida por una vecina. “hay familias que lo están pasando muy mal con todos sus miembros en paro”. Julia reconoce que “cuesta pedir ayuda” y que no todos están dispuestos a implicarse con los demás.

La plataforma de afectados por la hipoteca de iniciativa ciudadana es la única que ha visibilizado la dimensión de este drama y presiona al gobierno y a los bancos para que se aplique la dación en pago, es decir, la posibilidad de no abandonar la casa sino pasar a régimen de alquiler u otras posibles soluciones acorde a una sensibilidad social con los afectados.

“La vergüenza de la pobreza”
Es el nuevo fenómeno que Cáritas describe como una realidad que están viviendo muchas familias que tenían una buena situación económica y por motivo de deudas sobrevenidas, despidos, cierres de empresas, se encuentran en situaciones muy complicadas que generalmente tratan de ocultar “por vergüenza” y no se hacen visibles. Las familias, en un primer momento, son una primera red que amortigua el golpe, y aunque no todas cuentan con esta posibilidad, tampoco van a poder hacerlo por mucho tiempo. Desde el Ayuntamiento se confirma que hay familias que piden retraso en el pago del IBI, porque no tienen la liquidez para los pagos.

En contrapartida, como fenómeno social, ha surgido el 15 M Torrelodones que está reuniendo a torresanos indignados y preocupados
por el desenlace de la crisis financiera y las consecuencias en la vida de la gente.

Memoria 2011 de la THAM
Desde el siglo XVII en nuestro país, se vincula la pobreza con los problemas globales de la sociedad, como una consecuencia del gobierno y por tanto una responsabilidad pública.

En la prestación de la asistencia coexisten varios modelos, el del Estado, la Iglesia, las organizaciones sin ánimo de lucro y las comerciales. El modelo estatal es el que predomina en la actualidad con entidades colaboradoras subvencionadas y con partida reservada a Cruz Roja y Cáritas.

La Mancomunidad de Servicios Sociales (THAM) atiende a los municipios de Torrelodones, Alpedrete, Moralzarzal, y Hoyo de Manzanares. Carlos Pérez, director de la THAM y Ana García, la coordinadora general nos ofrecen los datos de forma objetiva: “en los tres últimos años ha habido un aumento de la demanda diversificada en diferentes ayudas. Se han atendido a 2.050 usuarios nuevos y antiguos en Torrelodones. El perfil de la pobreza, es “mujer separada y en paro, con hipoteca y sin pensión alimenticia para sus hijos”.

La memoria habla del aumento de varones como solicitantes por el aumento del desempleo aunque siguen siendo las mujeres las que mayoritariamente siguen teniendo el rol de buscar las ayudas a la familia. Sobre la nacionalidad, la mayoría son españoles y los datos muestran una disminución de los migrantes por retorno y considerando que en las cifras se incluyen los obligados trámites por migración que atienden los servicios sociales.

Se confirma que no hay recortes para el 2012 de la financiación que proviene principalmente de la Comunidad de Madrid (67%), la municipal es del 26%, de los usuarios el 4% y estatal (3%). En tres años sigue siendo la misma cantidad pero la demanda sigue creciendo cada año.

En lo que se refiere a emergencia social, desde la dirección de la Mancomunidad se insiste en que “la actuación se basa en ayudas puntuales, para responder a situaciones especiales de crisis, y que la ayuda de emergencia social está siempre vinculada a una intervención social previa”. La cantidad destinada en Torrelodones es de 26.650 euros y el 53,22% es para ayuda alimentaria, ayudas complementarias (32,28%) y en tercer lugar para becas de comedor (5,98%).

La ayuda alimentaria nos habla de situaciones críticas en las que se encuentran 70 familias, un total de 170 personas. Además de la ayuda de servicios sociales, solo existen en el municipio organizaciones religiosas que recogen ropa o distribuyen alimentos, según el Banco de Alimentos, organización sin ánimo de lucro que recibe y distribuye excedentes y donaciones de alimentos en todo Madrid.

La crisis retumba en nuestros oídos cada día. La principal preocupación, es el desempleo –cada vez es más habitual tener algún conocido, amigo o familiar que esté en el paro-o los que aún lo conservan o han tenido recortes en sus salarios o simplemente mengua porque los precios están subiendo, “temo no tener una pensión”-dice una mujer de 55 años, “nuestras familias aún nos tienen que apoyar”-dice una joven pareja. Elena es arquitecta y no ejerce porque “es un abuso trabajar por nada”, o Mariela, migrante separada con una hija sin pensión alimenticia que vive en un piso de menos de 30 metros, aún conserva algunos trabajos de limpieza. O Cruz que paga 800 euros de alquiler y trabaja sin contrato. O Marcos con dos hijos que teme por su negocio. O Javier de 22 años que está buscando la manera de irse de España…
Todos y todas viven aquí. Son parte de una realidad cambiante en el paisaje de Torrelodones.
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