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Sergio
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Lo que los compañeros y amigos de Elías Romano no sabían es que, detrás de ese "amigo cercano y cálido", de ese ser "siempre dispuesto a ayudar", de ese "amigo para todos", se escondía la persona que me hizo la vida imposible durante mis años como alumno suyo en el Colegio Público Los Ángeles desde los 6 a los 8 años de edad. A mí y a todos los que fueron sus alumnos, a los que golpeaba y vejaba reiteradamente por el simple hecho de no saberse la lección, responder mal a alguna de sus preguntas o no atender en clase.
Bofetadas fuertemente propinadas (algunas de tal calibre que hicieron caer a más de un alumno al suelo), dolorosísimos capones, tirones de patilla y de orejas, collejas y otros castigos físicos ejecutados con una fuerza atroz formaban parte del repertorio con el que daba rienda suelta a su salvajismo. Y objetos que iban desde un borrador a una grapadora, pasando por un mechero, los artilugios de los que en numerosas ocasiones se valía para golpearnos a todos. En más de una ocasión, simplemente por tener dolor de cabeza o hacerse daño con una grapadora en la clase de manualidades. Nos tenía absolutamente atemorizados.
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Sergio
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Era un bestia que hacía del lema "la letra con sangre entra" su modus operandi. Alguien que consiguió que mi estómago se hiciera un terrible nudo cada mañana durante años cuando sonaba el despertador e imaginaba la perspectiva de ser víctima de alguno de sus castigos físicos.
Todo lo que aquí digo es cierto. Y me quedo corto... Basta con preguntar a los que fueron sus alumnos durante aquellos años y, si son los suficientemente valientes, no negarán nada de lo que aquí expongo. Incluso puede que aporten más detalles.
Eran otros tiempos. Tiempos en los que la sociedad no prestaba demasiada atención al maltrato escolar por parte de los docentes. Y, en cuanto a sus alumnos, era tal el miedo que albergábamos que fuimos incapaces de comunicárselo siquiera a nuestros padres. Ha sido así como este maestro del miedo que fue Elías Romano permaneció impune todos aquellos años.
Siempre lo recordaré por ser el ser humano que más castigo físico me ha infligido en toda mi vida.
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Miguel
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Vaya vaya, solo ver la fotografía de este “señor” se me ponen los pelos de punta, anciano con cara angelical y con corazón de hierro.
No quiero contar aquí en esta página pública lo que a mí me sucedió con esta criatura porque me daría vergüenza relatar lo, solo Dios se encargará de poner a cada uno en su sitio.
Solo corroborar lo anteriormente escrito por alumnos suyos.
Que Dios lo tenga donde merezca.
Podríamos aprovechar esta página para corroborar las hazañas de este “buen sujeto” por parte de otros alumnos.
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Miguel Angel Rodriguez Maza
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No llego a entender como es posible que en ese pueblo le hayan puesto el nombre de este "caballero" a una plaza publica.
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Sergio
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Hola Miguel,
respondiendo a tu comentario, ¿te importaría que nos pusiéramos en contacto para hablar un par de temas sobre este difunto maestro sanguinario?
Hay una serie de detalles sobre su profesión y su maltrato reiterado a sus alumnos que quiero contrastar y sacar a luz.
Muchas gracias y un abrazo.
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