El Área medioambiental de El Gurugú de Guadarrama ha aumentado su oferta educativa con la incorporación de un pequeño rebaño de diez cabras autóctonas de la Sierra de Guadarrama, con las que los más pequeños podrán conocer de primera mano las características de estos animales, su función en la naturaleza, su desarrollo, evolución y localización en la Sierra de Guadarrama, así como todo lo relacionado con los productos y oportunidades que ofrecen los rebaños.
Esta iniciativa, explica la concejala de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Guadarrama, Sara Villa, tiene como objetivo “que los más pequeños tengan la oportunidad de conocer, tocar, acercarse y sobre todo, aprender, no solo con la flora sino también con la fauna que se puede encontrar en nuestro entorno natural. Tenemos razas autóctonas, como estas cabras, que se pueden ver por toda nuestra Sierra pero que para muchos de nuestros niños y niñas son desconocidas, y creemos que es importante que puedan tener la oportunidad de conocerlas. Se trata de una especie autóctona, a la que hay que proteger, que nos aporta diferentes aprovechamientos e importantes beneficios para el medio ambiente, y qué mejor forma de proteger a nuestros animales que educando en el conocimiento y el respeto”.
Además de educar, estas abras también van a tener otro ‘trabajo’, ya que el rebaño se encargará de mantener limpia la zona del parque de El Gurugú, unas cuatro hectáreas, ya que llevarán a cabo el desbroce de la finca mediante el pastoreo del rebaño, con el fin de mantener la parcela en óptimas condiciones. “Tendrán una función de bomberas. Serán nuestras cabras bomberas, es decir, ellas se ocuparán de limpiar la maleza de la zona para evitar incendios y riesgos en la naturaleza”, explica Sara Villa.
El rebaño de cabras de raza guadarrameña ha llegado hasta el área medioambiental de El Gurugú, situada dentro del Centro de Interpretación de la Naturaleza Sierra de Guadarrama, gracias a un convenio de colaboración firmado entre el Ayuntamiento de Guadarrama y el Ayuntamiento de El Boalo–Cerceda–Mataelpino, propietario de los animales a través del desarrollo de su rebaño municipal.
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