I.E.S. Diego Velázquez, Radiografía de un instituto

“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”. Una frase del científico estadounidense Benjamin Franklin que invita a reflexionar sobre cómo debe llevarse a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje. El Instituto Diego Velázquez puede presumir precisamente de eso: de involucrarse en la educación de los jóvenes y de hacer que éstos no vean el estudio como una obligación sino como una oportunidad de entrar en el mundo del saber. Y quizá en esto resida parte de su prestigio.

En total, este año el número de alumnos roza los 1.200, 70 más que el curso pasado. Y aunque el incremento en varias decenas se produce cada año, sí es cierto que en 2011 lo ha hecho de manera considerable. “José Miguel Campo, Jefe de Estudios del instituto, considera que “aunque hay un elemento de atracción hacia este centro puesto que también vienen chicos de otros municipios, este año hemos cogido a gente que vienen de otros modelos económicos quizá afectados por la crisis”.

A esta casuística se suman o más bien se restan nueve profesores respecto si tenemos en cuenta el incremento de un grupo más de alumnos. “En tercero y en cuarto hay hasta siete grupos distintos”, afirma Campo. Este hecho puede influir de manera arriesgada a la calidad educativa que hoy se oferta. “Afortunadamente en este centro los apoyos para los que los necesitan se mantienen”, afirma Pilar Muñoz, jefa del Departamento de Orientación, “pero se están llevando a cabo con mucho esfuerzo; se han perdido materias como el taller de biblioteca y se intentan mantener otras como el laboratorio, aun siendo conscientes de que lo mejor para este tipo de actividades serían grupos reducidos. En cuarto se han quedado sin las nivelaciones de inglés”.

Resultados académicos
El 97 por ciento de los alumnos que se presentan al examen de selectividad aprueba en junio, y de los presentados en septiembre el 90. “La mayoría de los suspensos se concentran en los alumnos que no han cursado el curso completo por tener asignaturas sueltas. No trabajan todo el año a pesar de darles la oportunidad de asistir como oyentes para mantener el esfuerzo“, afirma el jefe de estudios. Los alumnos de bachillerato que repiten con algunas asignaturas tienen la posibilidad de salir del centro (acreditados con un carné especial); una reforma legalizada hace 3 años que generó “cierto problema de funcionamiento pues los profesores no podemos impedir que salgan del centro, pero a ellos les cuesta más volver después de horas ausentes”, comenta José Miguel Campo.

Absentismo informatizado
Ligado a los buenos resultados académicos está el escaso índice de absentismo escolar con el que cuenta el Instituto Diego Velázquez. Y es que en su metodología prima la prevención.

Los que pueden salir del centro a la hora del recreo son los alumnos de bachillerato. Si bien es cierto que los profesores no tienen autoridad sobre los alumnos que están fuera del recinto, si éstos debieran estar en clase y se da la ocasión en que un maestro sale del recinto para hacer una gestión, éste puede invitarles a ser acompañados de nuevo a las aulas. No obstante, las ausencias se llevan a través de un sistema informático y las faltas que recogen los profesores al final de la mañana pasan a la plataforma, lugar que los padres pueden visitar a través de Internet. “Queremos que las familias controlen las ausencias. Si tu hijo sabe que vas a entrar en la plataforma el absentismo será cada vez menor”, asegura Campo.

Luz verde al bilingüismo
El objetivo pedagógico para este curso escolar es la adaptación al bilingüismo, el programa estrella de la Comunidad de Madrid, es decir, al menos un tercio de sus enseñanzas serán en inglés. Los profesores que imparten dichas materias están habilitados, aunque al resto de profesores los obliga a hacer una práctica de reciclaje. “Fue un proyecto votado positivamente y, aunque haya generado algunas reticencias al principio, a la larga será muy exitoso como lo ha sido en Primaria”, concluye Campo.

Tolerancia cero a las drogas
El consumo en todo el recinto del centro, exterior e interior, de cualquier sustancia cuyo uso está prohibido será sancionado como una falta de especial gravedad, que conllevará la apertura de expediente disciplinario y expulsión del centro. “Y esto no es negociable”, afirma Mario López, director del centro. Al principio de curso se da una charla a los padres y a alumnos sobre las normas que se tienen que llevar a cabo y las consecuencias en caso de no cumplimiento. “Nuestro objetivo no es pillar al infractor, sino prevenir, y de momento funciona bastante bien”.

AMPTA: con voz y voto
Probablemente muchas personas no tengan clara la función de la AMPTA en un instituto, y la realidad es que la Asociación de Madres, Padres y Tutores de Alumnos, es uno de los pilares básicos del funcionamiento del Instituto pues tienen voz y voto en los proyectos que se lleven a debate para su aprobación. La AMPA desarrolla diferentes funciones de apoyo en el Colegio además de ser el vehículo de comunicación entre las familias y el Centro, el Ayuntamiento y la Consejería de Educación.

Para formar parte de la AMPTA es preciso estar asociado pagando la cuota anual de 25 euros año/familia. 485 son los socios en el Diego Velazquez, lo que suma una cantidad de 12.125 euros. Con este dinero se subvencionan parte de los viajes o intercambios y se apoya a los departamentos.“El presupuesto no les llega muchas veces para las actividades que quieren realizar, ya sea un huerto o un concurso de literatura”, afirma Isabel Pérez Van Kappel, presidenta del AMPTA. “El departamento nos presenta el proyecto, nos reunimos y lo votamos entre todos”.

Entre las actividades que la propia asociación organiza durante el año destacan los desayunos, dirigidos a los alumnos que quieran disfrutar de una pieza de fruta en el recreo; las charlas vocacionales (en febrero) dirigidas a los alumnos de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato que están eligiendo su futuro; el trueque de libros que cada año tiene más éxito- este año se han intercambiado 600 libros- “a pesar de que la ley cada tres años nos cambia los libros y eso nos dificulta mucho la labor”, afirma Isabel- “Una familia se puede ahorrar hasta 200 euros en libros con el cambio”; y el club de lectura, dirigido a los padres a los que se les ofrece cada mes la posibilidad de intercambiar opiniones sobre un libro elegido.

Isabel Pérez anima a los padres a que se asocien para seguir dando apoyo a profesores y alumnos y seguir tomando partido en aquellas decisiones que influyan en la educación de nuestros hijos. “Aquí tenemos la suerte de que tenemos buena relación con la dirección y siempre nos tienen en cuenta”.

Departamento de Orientación
El Departamento de Orientación de un instituto es el espacio a partir del cual se organizan las tareas de orientación educativa; un recurso especializado para asesorar y apoyar a toda la comunidad en las funciones de la intervención psicopedagógica: la atención a la diversidad y al proceso de enseñanza-aprendizaje, la acción tutorial, y la orientación académica y profesional.

Hay varias maneras de detectar las necesidades de un alumno. Si el que se matricula por primera vez en el Instituto proviene de los centros públicos del municipio, trae consigo un historial académico; si bien proviene de otros municipios o modelos educativos diferentes, “la detección de problema depende de la información de las familias, de los informes médicos que nos traigan y de las reuniones que el departamento de orientación realiza cada semana con jefatura de estudios y los tutores de cada uno de los grupos”, afirma Pilar Muñoz, jefa del departamento. Una vez detectado el problema o la necesidad, la orientación tendrá la finalidad de facilitarle una ayuda que le conduzca a encontrar la máxima concordancia posible entre sus capacidades, valores e intereses y las aptitudes necesarias encaminadas hacia la autorrealización personal. Los orientadores acompañan al estudiante en todo el proceso de desarrollo educativo. Y esto se traduce en el trabajo del equipo de orientación fundamentalmente en tres ámbitos.

Adaptación curricular
El primer ámbito de actuación se refiere al apoyo a profesores en el proceso enseñanza-aprendizaje. “Se trata de organizar todos los recursos-dice Muñoz-para desarrollar de la forma más normalizada su educación”. “Trabajamos directamente con alumnos que tienen dificultades de aprendizaje manifiestas: alumnos con necesidades educativas especiales ligadas a discapacidad intelectual, trastornos motrices, de audición, de vista… y depende del retraso escolar tomaremos unas medidas u otras”. Si el niño tiene un desfase curricular de menos de dos años, se toman medidas ordinarias como los desdobles de clases en diferentes niveles de matemáticas, inglés y lengua castellana, y en algunos casos los alumnos tratan con los profesores de pedagogía terapéutica o los especialistas en compensatoria.

Por otro lado, si el alumno tiene un desfase escolar de dos años o más, se procede a tomar medidas extraordinarias. Éstas incluyen desde la adaptación curricular del alumno hasta el apoyo de las profesoras de pedagogía terapéutica (si se trata de una discapacidad), de la especialista de compensatoria (para los que llegan tarde al sistema educativo porque no han seguido una educación regular como extranjeros o niños con déficit social que vienen de residencias de acogida..).

Dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje se trabaja con dos programas de atención a la diversidad. El de diversificación curricular pensado para los que “prevemos que en dos años pueden titularse en Secundaria pero que no han tenido una buena escolaridad”, explica la orientadora Pilar Muñoz, “con los que se realiza un trabajo docente en grupos más pequeños y con las asignaturas organizadas por áreas. Se desarrolla durante dos años porque ése es el tiempo que estimamos que necesita”. Actualmente hay 16 niños en 3º y 16 en 4º que trabajan así.

Los que no quieren estudiar
El segundo programa es de cualificación profesional inicial, dedicado a alumnos que no quieren seguir estudiando. Es un programa que mezcla estudios y prácticas en empresas. Si al final del curso aprueban todas las asignaturas pueden pasar directamente a la Formación Profesional sin hacer prueba de acceso. “Lo mejor de este programa-afirma Pilar Muñoz- es que la mayoría de estos alumnos quiere volver a los estudios. Se dan cuenta de que quieren trabajar pero con aspiraciones más altas”.

Plan de acción tutorial
El segundo ámbito en el que trabaja el departamento de orientación se refiere al apoyo al plan de acción tutorial. Los tutores son piezas clave y “lleva mucha carga con la coordinación del grupo de profesores. En Orientación les ayudamos con actividades complementarias o programaciones”

Orientación profesional
Y el tercer ámbito de trabajo se refiere al plan de orientación académico profesional enfocado a que los alumnos conozcan las posibilidades para su futuro. Así, asignaturas como Iniciación a la vida laboral, economía de la empresa o iniciación profesional agraria ayudan a los alumnos a orientarse. También dedica mucho tiempo a la prueba de selectividad.

Los jóvenes que están en el instituto tienen una edad en la que apenas cuentan nada a los padres. Los profesores, el AMPTA y el departamento de orientación están para acompañarles en todo el proceso pero, “Es esencial el apoyo de los padres”. Según la orientadora del centro, “los problemas de un niño se minimizan mucho con unos padres colaboradores”.

Platón decía que “El más importante y principal negocio público es la buena educación de la juventud”. Hagamos del proverbio realidad.