Torrelodones también es

Con una prosa sólida, eficaz y poderosa, y un esmerado trabajo y oficio, Olga capta al lector desde la primera frase, elaborando el relato “La boca de Luisa” que, desde un originalísimo punto de vista, nos muestra como un hombre, al que le repelen las mujeres obesas, un día se queda encandilado con la sonrisa de la oronda Luisa. Tras una lucha consigo mismo por intentar refrenar una atracción para él incomprensible, inician una intensa relación de pareja en la que descubre las maravillas escondidas entre las rollizas carnes de “su gorda”. Pero a medida que avanzan en ella, los papeles originales van poquito a poco invirtiéndose puesto que, casi sin darse cuenta, Luisa va perdiendo peso en la misma proporción que él va engordando. La magia de la pareja termina desvaneciéndose: a ella ya no le gusta su amante gordo y él no encuentra el mismo placer en el huesudo cuerpo de Luisa, el placer que antes guardaban sus carnes.

Olga nos dice, “se trataba de escribir una paradoja que estimulara la reflexión y plasmara las limitaciones de la mente y la complejidad de la realidad. No todos somos lo que parecemos o queremos parecer lo que no somos”. M&M