Aunque ya había viajado por España, su primer viaje largo, relata a MasVive, fue en 2021: desde Cadaqués hizo toda la ruta transpirenaica hasta Finisterre. Un año después recorrió los Alpes, los Dolomitas y la Toscana italiana. En 2023 “me vine muy arriba”, relata, y decidió llegar a Cabo Norte pasando por “Lituania, Letonia, Estonia, hasta llegar a Noruega y bajar”. En 2024 se fue a Europa del Este, los Balcanes y Rumanía, hasta Arabia.
“Y este año ya quería salir totalmente de mi zona de confort, quería directamente someterme a algo un poquito más intenso, porque era el último viaje” y se fue hasta Kirguistán. “Me quedé a 200 kilómetros de la frontera con China, atravesando después Bielorrusia, Rusia, Kazajistán, Kirguistán y la vuelta”.
¿Ha tenido miedo? Pues no. “Tengo que reconocer que no he tenido ningún problema en ningún sitio donde he estado. Siempre he viajado solo. Y es más bien el miedo escénico. Yo parto con una máxima y es que la gente en sus países es buena”, señala. “Eres un motero solo, no eres una amenaza para nadie, nunca nadie me ha intentado robar, ni he tenido ningún mal disgusto, ni un susto”.
Además, ha aprovechado para hacer ‘patria’ y visitar lugares con los que Torrelodones está hermando: Merksplas, en Bélgica, Delligsen, en Alemania y Grodzisk, en Polonia. “Cuando les dije que iba a ir, me recibieron encantados. En Alemania me pagaron el hostalito donde me alojé, me invitaron a cenar, me enseñaron toda la comarca…”.
De los lugares que ha visitado, el más bonito, asegura, es Noruega. “Es una foto constante”. Y de los que aún no ha visitado, le gustaría cruzar Mongolia. O hacer la Panamericana, desde Alaska hasta Ushuaia. “En fin, sueños de motero”. De momento ha decidido parar un poco, su hija está en Bachillerato, pronto empieza la Universidad y hay que ahorrar. Pero en el futuro… quién sabe.