Deporte y aventura

En Torre se vive bien. Existe un buen nivel de cultura, de actividades deportivas y habría que hacer un esfuerzo por levantar económicamente el municipio ya que la falta de industrias en el poco suelo de que se dispone obliga a buscar alternativas a esa carencia. Pero todo está inventado. Los andorranos, ese país ubicado en el Pirineo que tiene fronteras con España y Francia, se han adaptado magníficamente a la nueva situación. Durante décadas vivían del contrabando. La entrada de España en el Mercado Común Europeo los descolocó. Ya no merecía la pena comprar en Andorra. Apenas había diferencia. Entonces empezaron a comprobar que con las magníficas instalaciones de esquí no era suficiente. Empezaron a fomentar circuitos de multiaventura, fuera de la temporada de esquí, y ahora les va de maravilla. Están sustituyendo los bazares de relojes, radio casetes, por tiendas de deportes y sus instalaciones hoteleras están a rebosar.

Torrelodones tiene suficiente atractivo como para que atraiga ese deporte que no sólo se limita a nadar veinte largos en la piscina del polideportivo cada sábado, o jugar la partida de pádel dos veces por semana. A lo mejor es más atractivo esos circuitos de multiaventura donde poder escalar, hacer tirolina, barranquismo, excursión en bicicleta, a caballo, tirar con arco, bucear, etc… además, claro de degustar platos típicos en restaurantes del lugar. Hay que dar salida a la inactividad de los jóvenes que se refugian en el botellón y que este tipo de actividades les puede entusiasmar. Entre otras razones, claro.