Vandalismo nocturno

Había estropicios para todos los gustos: espejos retrovisores tronchados, antenas y limpiaparabrisas partidos, ruedas pinchadas, luna rota o puerta abollada; cada uno se había llevado algún recuerdo de una pandilla de gamberros que no encontraron mejor entretenimiento para la noche del viernes que destrozar la propiedad ajena. Según los propietarios, dos agentes de policía se presenciaron a las nueve de la mañana para tomar nota de los daños, y aseguraron el inmediato comienzo de una investigación policial. Aunque se desconoce la autoría y, de momento, no hay pista de banda organizada alguna, varios vecinos de la zona afirmaron que no se trata de un caso aislado.